Seguinos en

Lecturas Obligadas

La luz no deja de pulsar: se cumplen 64 años del nacimiento de Gustavo Cerati

Lo celebramos con una selección de sus grandes canciones

Publicado

el

El 11 de agosto de 1959 nacía en Buenos Aires, Argentina, Gustavo Cerati. Tanto al frente de Soda Stereo como en su faceta solista, supo construir melodías y volcar sobre el papel letras que atravesarían generaciones. Festejamos este aniversario con una playlist de cinco canciones que no pueden dejar de sonar hoy:

En camino

La pista N°6 de Signos -tercer álbum de estudio de Soda Stereo publicado en 1986 y con el que la banda se convertiría en una leyenda del rock latinoamericano- es una de las joyas indiscutidas de su repertorio. Gustavo compuso esta canción junto a Isabel de Sebastián que, en aquel entonces, integraba la agrupación Metrópoli junto con Celsa Mel Gowland, corista de dicho disco sodero. Tanto el amor como la proximidad del fin de siglo fueron los disparadores que dieron vida a esta historia desbordante de pasión en la que, narrada en clave musical, Cerati hace gala tanto de su capacidad vocal como de su poder interpretativo. El fervor con que pronuncia cada una de las líneas generan un eco eterno en quien las escucha: “No me asustan los desvíos, los puentes. Sólo quiero seguir acercándome. Acercándome, puedo encontrar ese paraíso, acercándome, acercándome”, suelta desde sus entrañas en el pico emocional más alto del single. Si bien pisa fuerte dentro del tracklist, no lo hizo tanto en vivo. Por eso, en el marco de la Gira Me verás volver, el trío decidió interpretarlo. Pero, antes, Gustavo realizó una merecida presentación: “Este que viene ahora es uno de los temas que más me gustan a mí de Soda y lo tocamos bastante poco. Es de ‘Signos’, se llama ‘En camino’”, dijo, y empezaron a sonar los primeros acordes.

Ángel eléctrico

Sueño Stereo, el sexto y último álbum de estudio de Soda editado en 1995, contiene en su tracklist a una de sus más sublimes creaciones. La voz de Gustavo se entrega a una canción influenciada por el shoegazing y el noise que, en cada línea, pincela una postal impecable. Esta canción fue la prueba del enorme poder de versatilidad del trío ya que, un año después, se convirtió en una pieza fundamental de Confort y música para volar. Este MTV Unplugged -grabado en los estudios Post Edge de Miami, propiedad del canal de televisión- fue víctima del lema rockero que incita a romper las reglas, puesto que Cerati y los suyos enchufaron más de una vez sus instrumentos. Y, definitivamente, esta reinvención eléctrica -valga la redundancia- de Ángel eléctrico fue uno de los mejores frutos que surgió de aquella decisión. “Vamos a hacer una versión nueva de un tema nuevo”, sentencia Gustavo. Aunque su mensaje podía sonar un poco contradictorio, los casi cinco minutos que vinieron por delante demostraron que no estaba equivocado.

Vuelta por el universo

El tema que abre Colores santos -disco lanzado en 1992 y que Gustavo creó junto a Daniel Melero para revolucionar, con su pulso electrónico, al rock nacional- no podría haber sido mejor elegido. Es el que el propio Cerati lo definió como el ticket para emprender un viaje a lo largo de cuarenta y ocho minutos, como el mapa para llegar a la esencia un disco que fue catártico, ya que marcó un momento muy importante de su vida: la muerte de su padre. Nubes, planetas y almas son protagonistas en la psicodelia de una canción que sabe elevar hacia el infinito y volver sus sonidos tan mágicos como envolventes. “Alto, cada vez más alto”, es la frase que, pronunciada en los minutos finales, supo erigirse como un verdadero mantra. La producción audiovisual completa este paseo galáctico con una pequeña Guadalupe Mujica, sobrina de Gustavo, que se pone frente a las cámaras para potenciar el encanto del tema.

A merced

Amor amarillo es, sin dudas, la obra más personal de Gustavo. Su debut solista -todavía siendo parte de Soda Stereo- irrumpió en las bateas en noviembre de 1993. Inmediatamente, se reveló como una suerte de diario íntimo plasmado en canciones con las que registró aquellos días en Santiago de Chile a la espera del nacimiento de Benito, su primer hijo. El track N° 10 encierra por completo aquel sentimiento romántico que se adueñó de sus días del otro lado de la cordillera. Ya en su título deja ver su entrega total hacia Cecilia Amenábar, clara musa de aquella colección de temas. “Tomar la dosis y levitar atado a tu belleza inconsciente que mece mi espíritu y cuelga. Hey, hey, hey, a merced, te escucho soñar, me vuelvo a quedar a merced”, canta y sus palabras, amalgamadas con suaves rasgueos, son capitanas de una travesía de seis minutos y medio por ese paisaje onírico. El show que tuvo lugar en abril de 1994 en el auditorio de la radio FM 100 y al cual asistieron unos pocos fanáticos, ofició como presentación del LP e inmortalizó una gran versión de este sencillo. Aunque no fue interpretado muchas más veces en vivo, ganó lugar en algunos de los conciertos de Fuerza natural Tour. Esta reaparición en el setlist refuerza el hilo que unió a Gustavo hasta el final con la historia que marcó un antes y un después en su biografía.

Numeral

El track oculto que cierra Fuerza natural -su quinto álbum de estudio fechado en 2009 y con el que, sin tenerlo en sus planes, Gustavo se retiraría- está rodeado por un halo de misticismo. La gran influencia de la filosofía maya presente en el ADN de este trabajo es responsable de aquella determinación. En su letra se mencionan una serie de situaciones relacionadas con números y, la última oración, es contundente: Trece, paré de contar”. Dicha expresión hace referencia a que los mayas enumeraban hasta este dígito, coincidiendo con el hecho de que esa es la cantidad de pistas del LP y de que el último recital -brindado en Caracas- era el decimotercero de la primera parte de la gira. Me di cuenta con el tiempo que sólo sé contar hasta trece, tal vez los mayas tenían razón”relata Gustavo en el Estadio de Béisbol de Monterrey, sitio en el que inició su último tour, ante un público que no imaginaba las coincidencias que tendrían la numerología de esa cultura y los hechos que se desencadenarían poco tiempo después. Sin quererlo, Gustavo codificó su despedida en esta maravillosa canción cuyo sonido es tributario de Pink Floyd y su interpretación en directo quedó registrada en ese particular concierto con sede mexicana.

“Creo en el amor porque nunca estoy satisfecho. Es mi salvaje corazón, que llega justo a tiempo”, cantaba Gustavo -cual declaración de principios- en Pulsar, otra de las gemas de Amor amarillo. Con aquel viaje hacia la redención, que musicalizó la vida de todo un continente, nos dejó una certeza: su luz pulsa más fuerte que nunca.

Ad Banner 300 x 250