Seguinos en

En Vivo

The Kooks en el Luna Park: la fuerza pop de un cancionero inoxidable

En su quinta visita al país, la banda celebró los 15 años de su álbum debut

Publicado

el

Luego de cuatro años desde su última presentación en el Luna Park allá por mayo de 2018, The Kooks volvió a pisar ayer el mítico estadio porteño en el marco del Inside in/Inside out 15th Anniversary Tour. La gira con la que los británicos se encuentran celebrando los 15 años que su disco debut cumplió en enero del año pasado, resultó ser la excusa ideal para regresar a Buenos Aires y hacer vibrar nuevamente al que, sin dudas, es uno de sus públicos más fieles.

Con la premisa de repasar de punta a punta la placa que los consagró como una de las figuras centrales del indie rock del nuevo milenio, la velada comenzó con Luke Pritchard al frente de la introspectiva Seaside. La tranquilidad del tema no apagó la euforia de los fans, que se desató aún más cuando el resto de la banda apareció en el escenario y el volumen subió de la mano de See the world, Sofa song y Eddie´s gun, un tridente con la energía necesaria para oficiar de puerta de entrada a una hora y media de show con la emoción a flor de piel. Casi sin respiro, The Kooks siguió haciendo funcionar su imparable máquina hitera. Tras amagar con los primeros acordes de She moves on her own way, Pritchard cambió la dirección hacia Ooh la, otro de los clásicos más esperados de la noche.  Después de que la guitarra eléctrica sea la estrella en You don’t love me, finalmente, le llegó el turno a uno de los grandes himnos de The Kooks cuando la voz del frontman se mezcló con la de la muchedumbre al cantar “So at my show on Monday, I was hoping someday You’d be on your way to better things”.

Los de Brighton pusieron en pausa a la nostalgia viajando al futuro con la bailable Bad habit, la flamante Connection y su sonido ochentoso y la encantadora Shine on. Pero no tardaron en retornar a 2006 con un combo tan magnético como potente en el que brillaron I want you, Jackie big tits e If only. Un nuevo desvío hizo que se estacionaran en Konk, su aclamado segundo álbum de estudio, y se disparara la adrenalina con Always where I need to be y Do you wanna. Concentrados otra vez en el tracklist de Inside In/Inside out, el momento de las baladas estuvo a cargo de Got no love y Time awaits aunque el ritmo calmo dio un giro con la joya pop Junk of the heart (Happy) y su estribillo que invita a repetirlo como un mantra. Después de unos minutos de ausencia sobre la escena que los gritos de la masa humana hicieron notar, el grupo retornó para regalarle tres temas infalibles. A la infaltable Matchbox le siguió No pressure, gran representante de su quinto trabajo Let’s go sunshine, para cerrar con la icónica Naïve coreada de principio a fin por todo el Luna.

En un concierto en donde un impecable setlist de 21 canciones y la complicidad con el auditorio fueron protagonistas, The Kooks demostró que sabe unir pasado y presente a la perfección y que su música no conoce del paso del tiempo.

Ad Banner 300 x 250