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El mundo antes del rock

¿Qué escuchaban los adolescentes antes del nacimiento del rock? ¿Quiénes eran los principales exponentes de la música popular y comercial? ¿Qué significaba escuchar música? A continuación, revisamos algunas cuestiones que nos dará la pauta de por qué la irrupción del rock and roll en los años ’50 significó un terremoto que agrietó la rígida moral de los adultos, sacudió los cuerpos y las mentes juveniles, y derrumbó ciertos estereotipos de la sociedad estadounidense.

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Sin lugar a duda, Frank Sinatra, apodado “la Voz”, fue uno de los máximos exponentes de la música popular anterior a la irrupción de rock and roll, cuya mayor virtud descansaba en su capacidad interpretativa para transmitir las emociones y sentimientos implícitos en las letras de las canciones. Letras que aludían constantemente a emociones, formas de pensar y de sentir fuertemente vinculadas con una moral conservadora y protestante bien cuidada, que establecía rigurosamente las pautas de conducta que regían una sociedad basada en los mandatos del capitalismo industrial y el patriarcado.
En un país en plena expansión económica, con altos niveles de represión y censura estatal producto de la paranoia que causaba la amenaza soviética, y una profunda segregación racial alentada por la opulencia de la clase media blanca, los hijos fueron criados necesariamente en esos valores hasta alcanzar la madurez y poder vestir los pantalones largos.

Eddie Howard alcanzó el puesto número 1 de los charts norteamericanos en noviembre y diciembre de 1951 con su canción titulada “Pecado”. Si atendemos a la letra (“quitar el aliento de las flores seguramente sería un pecado, tomar duchas de la lluvia de abril es un pecado […] ¿es un pecado amarte tanto, para abrazarte fuerte y saber que estás cerca de mí?”) se puede identificar con facilidad, una concepción del pecado muy distinta a las que brotaron posteriormente a través del rock. El sesgo conservador y protestante en la música popular era tan profundo como sutil. Esos valores morales sirvieron de sostén al American dream, reflejado en la relación entre las señales providenciales y el éxito individual.
El disciplinamiento social, sin embargo, no solamente se construyó de abajo hacia arriba, sino también desde el Estado y los medios de comunicación masiva. Era descabellado encontrar algún atisbo de rebeldía, de transgresión en las letras de la música comercial de los años cincuenta. En efecto, el surgimiento del rock and roll quebró la paradoja plasmada en la incongruencia entre la solemnidad y complacencia transmitida por esa música y los altos niveles de histeria colectiva que imperaban en la sociedad como consecuencia de la tensión creciente con la Unión Soviética (que alcanzó momentos críticos de amenaza nuclear), inflamada por la prensa y la propaganda oficial. En ese sentido, el senador Joseph McCarthy desencadenó una caza de brujas sobre la base de un extendido proceso de acusaciones infundadas, denuncias, procesos irregulares y confección de listas negras contra personas sospechadas de ser comunistas.

La prosperidad económica que atravesaron los Estados Unidos durante la década del ‘50 le permitió acomodarse como potencia hegemónica al final de la Segunda Guerra Mundial. Dentro de una serie de pactos firmados por los países occidentales, el más destacado fue el Plan Marshall, un programa creado en 1947 destinado a promover y financiar una recuperación económica rápida y sostenida de una Europa devastada por la guerra y, a su vez, contener el avance del comunismo.
Ese proceso de expansión económica, apuntalado por la intervención del Estado, permitió una ampliación del acceso al consumo para las clases populares, mayores niveles de confort y mejores condiciones de vida. En ese contexto crecieron los jóvenes que posteriormente fueron atravesados por el fenómeno del rock and roll, que pudieron adquirir discos y otras señales culturales propias que les permitieron diferenciarse de sus padres.

Pero antes de que eso suceda, de que los jóvenes comiencen a interpretar que están viviendo una etapa de su vida en la cual han dejado de ser niños, pero que decididamente no son (ni quieren ser) adultos a través de la escucha y el baile de la música rock, esta música comercial en la cual se destacaron los crooners, se escuchaba en familia. Es decir, que la música comercial, independientemente de apelar a la emotividad y al fortalecimiento de una sensibilidad acorde a las pautas de conducta, alentaba la observación de los valores morales a través de la escucha en familia: Padres e hijos se sentaban alrededor de la radio a compartir un momento íntimo escuchando estos artistas.

Efectivamente, la irrupción del rock and roll significó el derrumbe de una serie de costumbres tradicionales que no resistieron la modernización que se avecinó en las distintas esferas de la vida cotidiana, y en ese sentido, revolucionó la forma de escuchar música por parte de una juventud que comenzaba a subjetivarse y a identificarse en clave etaria.

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