En un ya lejano febrero de 2020, iniciaba la monumental gira Gracias totales– Soda Stereo pero, a poco de su debut en Colombia y de recorrer Perú y México, la pandemia le puso una pausa indefinida. A casi dos años de aquel parate obligatorio, este 19 y 20 de diciembre, la nave volvió a partir en el Campo Argentino de Polo ante 50.000 personas. Comandada por Charly Alberti y Zeta Bosio, los otros tripulantes fueron Richard Coleman, Roly Ureta y Simón Bosio en guitarra, Fabián “Zorrito” Von Quintiero en teclados y una larga lista de invitados que, tanto de forma presencial como en soporte audiovisual, prestaron sus voces a una impecable selección de canciones.
Pasadas las 21 horas, la imponente pantalla se encendió para invitarnos a recorrer una habitación en la cual es seleccionado un VHS en cuya etiqueta se deja leer “Soda Stereo”. Al colocarlo en la casetera, un puñado de imágenes que retratan los comienzos de la banda se robaron la atención para, segundos más tarde, dejar que la magia suceda. Charly y Zeta le pusieron música a Sobredosis de TV desde el escenario, pero fue Gustavo Cerati quien cantó virtualmente uno de los temas más emblemáticos del trío y subió la adrenalina del público.
Luego de este inicio vibrante, Richard Coleman -quien vio nacer a Soda y aportó su talento en varias composiciones- sostuvo la intensidad con una sentida interpretación de Hombre al agua. Inmediatamente, llegó un segmento a distancia con Disco eterno a cargo de León Larregui -líder de la banda mexicana Zoé- y con una contundente interpretación de El rito por parte de Álvaro Henríquez, frontman de la agrupación chilena Los Tres. Minutos después, el escenario volvió a ser pisado por Rubén Albarrán, vocalista de Café Tacvba, quien le agregó frescura y simpatía a la velada con Lo que sangra (La cúpula). Julieta Venegas fue la siguiente estrella a la que presentó Zeta, quien apostó por una versión calma de Signos. Pero el clima cambió rotundamente cuando fue el turno a Walas. El desparpajo habitual del que hizo su marca registrada en Massacre lo trasladó a una divertida versión de Juego de seducción. En línea con esta actitud lúdica para con la masa humana que coreó de principio a fin cada uno de los hits, Benito Cerati le imprimió su identidad a Zoom, tema que le calza perfecto y con el que consiguió trasmitir la energía joven desparramada en el videoclip del que resulta inseparable. Trátame suavemente sonó de la mano de un Adrián Dárgelos digitalizado, quien estampó su estilo personal en este clásico infalible. A continuación, Andrea Echeverri inundó las pantallas con un look inspirado en la portada de Sueño Stereo y que funcionó como el complemento ideal para entonar Pasos.
Uno de los momentos más movilizantes de la noche se dio cuando, tras mostrar el backstage perteneciente a la filmación del videoclip de En la ciudad de la furia, Gustavo se adueñó del micrófono para hacer sentir su presencia más real que nunca y reafirmar la certeza de que él es parte de todos. El vigor se apaciguó un poco cuando se apoderó de las tablas Draco Rosa y, con su versión de En remolinos, le sumó la oscuridad y el misterio necesarios a este temazo de Dynamo. Por su parte, Gustavo Santaolalla impactó con un buen tributo a Cuando pase el temblor, manejándose con soltura al ritmo de su ronroco. Con la emoción a flor de piel, Cerati volvió ser el centro de todas las miradas cuando cantó Fue con sus legendarios compañeros proyectados a cada uno de sus lados e impregnó de melancolía el predio. Simón Bosio se convirtió en protagonista en Un millón de años luz, ya que tocó el icónico punteo mientras Mon Laferte regaló una bella interpretación desde el LED. Fernando Ruiz Díaz y Juanes la siguieron con sus fuerzas rockeras en Persiana americana y Prófugos. Tras unas palabras de Zeta y de Charly que mezclaron agradecimiento y despedida, Primavera 0 explotó con Gustavo nuevamente al frente en su innegable rol de capitán del equipo e incitó a que el pogo vuelva a contagiarse entre los fanáticos. Cuando ya se palpitaba el final, sólo había una canción que pedía a gritos ser escuchada. Los primeros acordes de De música ligera hicieron temblar el Campo Argentino de Polo y Chris Martin -con un español notablemente mejorado desde aquel homenaje en 2017 en el Estadio Único de La Plata- realizó su aporte anglosajón a este gran himno y hasta compartió pantalla unos segundos con Gustavo.
Gracias totales – Soda Stereo logró el objetivo de celebrar a la banda que marcó el camino del rock latinoamericano a través de los artistas a los que transformó con su legado. Charly y Zeta fueron los anfitriones de dos jornadas a pura música en las que la presencia de Gustavo cumplió una de las profecías soderas: todo volvió a ser como fue.