Luego de tres meses desde su última presentación en vivo, Richard Coleman volvió a estar cara a cara con el público este 29 de agosto en dos veladas vibrantes.
Travesía fue el tema perfecto para romper el silencio tanto arriba del escenario como en las mesas de La Tangente. Con su línea inicial, que sentencia “Tu compañía es tan fantástica”, Richard mostró la alegría por tocar en vivo nuevamente y la gratitud hacia sus fieles seguidores. El segundo show comenzó con una confesión: como en la función anterior decidió no hablar demasiado para manejar la emoción que, ahora, se había transformado en nervios, contó -entre risas- que planeaba repetir la estrategia. Pero sus guitarras, su loopera y su voz fueron suficientes para que el setlist hablara por él. Coleman no quiso dejar a su gente con las ganas de seguir reviviendo las grandes canciones de Los Siete Delfines, así que el recorrido siguió de la mano de Es tan celosa, Especial, La ronda y A veces llamo. Tras bromear con que se trataba de una “noche de estrenos”, Richard advirtió que la máquina del tiempo no perdona. Sin embargo, el viaje que emprendió hacia los 80 con los hits de Fricción, demostraron lo contrario. La melancólica Arquitectura moderna y las potentes Autos sobre mi cama y Lluvia negra sonaron con la frescura propia del siglo XXI.
Su carrera solista también tuvo el merecido lugar en el concierto. Incandescente, Cuestión de tiempo -con coro masivo incluido- y Corre la voz fue la trilogía elegida para repasar el impecable cancionero de su tercer álbum de estudio. Por su parte, Días futuros representó a F-Á-C-I-L, su última placa editada en 2017. Uno de los momentos más especiales se dio cuando le llegó el turno a Humanidad, flamante sencillo en el que Richard reflexiona sobre los tiempos actuales con un mensaje contundente: “Claro que siempre puede fallar. Algunas veces sabe fallar. Tanta certeza me hace sospechar de la verdad de mi humanidad”.
El cierre del recital tuvo a una sofisticada versión de Héroes como protagonista. Después de expresar el deseo de que su música haya un sido un bálsamo para aportar algo de belleza a esta complicada realidad y de chocar puños con sus fanáticos, Richard se retiró del escenario. Los aplausos no dejaron dudas de que la tarea fue cumplida.