Si hay una banda que se caracteriza por combinar rock y humor a la perfección, esa es Foo Fighters. Los de Seattle, que nos tienen acostumbrados a sus videoclips divertidos en donde ellos mismos encarnan a personajes desopilantes, fueron noticia en los últimos días ya que subieron la apuesta y se embarcaron en la creación de una película. El proyecto surgió en 2019 durante la grabación de Medicine at midnight, su décimo álbum de estudio que, retrasado por la pandemia, se editó en febrero de este año. Tras vivir algunas experiencias paranormales en la casa antigua donde registraron el material -ubicada en Encino, California- la banda vio la oportunidad de explorar nuevas facetas artísticas. «Nos íbamos y, cuando volvíamos al estudio al día siguiente, todas las guitarras estaban desafinadas. O sino nos encontrábamos con que alguien había tocado la consola y toda la configuración que teníamos pre-seteada para mezclar volvía a cero. Abríamos una sesión de Pro Tools y faltaban pistas. También hubo algunas grabaciones que aparecían en los tracks y que nosotros no habíamos puesto. Ruidos extraños de un micrófono abierto”, confesó Dave Grohl y así reveló cuál fue la fuente de inspiración para idear Studio 666.
La historia se contará a lo grande dado que la agrupación decidió incorporar elementos del cine gore, lo cual garantiza sangre y violencia en exceso. Producido por Open Road Films, dirigido por BJ McDonnell y escrito por Rebecca Hughes y Jeff Buhler -guionista de Cementerio de animales-, el largometraje tendrá las actuaciones de todos los Foo Fighters y, quienes completarán el elenco, serán Whitney Cummings, Leslie Grossman, Will Forte, Jenna Ortega y Jeff Garlin. Tras dos años de mantener este trabajo en secreto, el estreno llegará a más de 2000 salas de los Estados Unidos el 25 de febrero.