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El estallido de Fricción en la escena rockera argentina

Nadie que haya vivido los 80 puede dejar de asociar aquella década con un renacimiento del rock nacional. Y es que fue una verdadera revolución que alcanzó a más de una generación.

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Nadie que haya vivido los 80 puede dejar de asociar aquella década con un renacimiento del rock nacional. Y es que fue una verdadera revolución que alcanzó a más de una generación.
Arrancó con Miguel Abuelo volviendo de Europa para formar Los Abuelos de la Nada.  Un italiano criado en Inglaterra llamado Luca Prodan trajo su bagaje cultural y musical para volcarlo en Sumo. Los violadores, pioneros del punk nacional, comenzaron a tocar en esos mismo años. En 1981, Miguel Mateos y su banda Zas acompañaron en el recital de Queen. Charly García, en aquel mismo año, lanzó su primer disco solista, el ya clásico Yendo de la cama al living.
Una de las bandas que participó de este estallido y cuya clara influencia del post punk inglés le dio una original singularidad, fue Fricción.
A fines de aquel 1982, a la sala de ensayo que tenía montada en su casa Charly Alberti, baterista de Soda Stereo, llegaban candidatos a guitarrista. A la guitarra principal del vocalista, Gustavo Cerati, querían sumarle una secundaria. Tocaron una semanas con Eduardo Rogatti quien no podía continuar y les dejó el número de teléfono de uno de sus alumnos. Se llamaba Richard Coleman. Lo llamaron. Coleman los visitó y en seguida tuvo muy buen feeling con la banda, especialmente con Cerati. Y es que ambos compartían el mismo gusto musical: Roxy Music, Joy Division, David Bowie, Marc Bolan, The Police y The Cure, entre otros.
Coleman tocó unos meses con Soda Stereo probando, pero cuando comenzó a cursar en la facultad de Ciencias Exactas, dejó la banda. Y lo hizo después de dar un muy buen consejo: que dejaran de buscar un cuarto integrante. Por suerte, eso hicieron.
Durante los siguientes dos años, Richard Coleman participó ocasionalmente de Soda Stereo y también grabó el primer álbum con Los Encargados. Hacia 1984, Cerati y Coleman se juntaban a zapar hasta que Gustavo le propuso que armaran algo. La idea era una banda diferente a Soda, algo más cercano al new wave que ambos escuchaban. Coleman llamó a un baterista que conocía, Fernando Samalea, e incorporaron a Christian Basso como bajista. Así nació Fricción, un grupo “más oscuro y experimental que Soda”, según lo describe Juan Morris en su libro Cerati. La biografía.
Coleman, Cerati, Samalea y Basso dieron sus primeros shows en el otoño de 1985 en el Stud Bar. Mientras tanto, Richard colaboraba con otros músicos de esta nueva movida del rock nacional, como Andrés Calamaro y Fabiana Cantilo.
friccion_consumacion_consumo
Pero aún faltaba lo que toda banda ansía: grabar un disco. Así, al año siguiente Fricción sacó su primer disco Consumación o Consumo. A los ya mencionados integrantes se sumaron Gonzo Palacios, en saxo, y Celsa Mel Gowland en coros. El productor artístico del álbum fue Gustavo Cerati. A veces llamo, Perdiendo el contacto y Autos sobre mi cama, con la sensual voz de Celsa, se convirtieron en clásicos de la época. Ese mismo año, Fricción fue elegido por el Suplemento Sí de Clarín como Grupo Revelación.
Paralelamente, Coleman, Samalea y Basso, formaron Las Ligas, una banda que fue apoyo de Charly García durante 1987. Con la decisión de Samalea y Basso de no volver a la banda, Fricción grabó el segundo disco con un cambio en la formación. El álbum se llamó Para terminar. Un título premonitorio teniendo en cuenta que fue el último de la carrera de Fricción.
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El disco se editó en 1988 y contó con éxitos como Lluvia Negra y Enjaulados. Como una piedra preciosa, la última canción del lado B relucía un cover de David Bowie: Héroes. La versión que hizo Fricción de este clásico, casi himno del Duque Blanco, tuvo tanta aceptación que dos años después, cuando Bowie visitó por primera vez la Argentina en 1990, al cantar Heroes el público la coreaba en castellano.
Luego del segundo disco, los miembros de Fricción tomaron diferentes caminos. Coleman continuó colaborando con otros músicos, como Luis Alberto Spinetta  y Soda Stereo. A principios de la nueva década se unió a Braulio D’Aguirre y “Gamexane” Villafañe para formar Los 7 Delfines. Pero Fricción quedó en la historia del rock nacional como una banda de culto, inolvidable e inoxidable.  Como anticiparon en la canción  Para Terminar “…no puedo darte más, no te doy…”
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