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Metallica en el Lollapalooza 2017: que se agrande la familia

Las remeras negras con el nombre de la banda fue lo que más se vio en la jornada. Ese nombre, pesado y gigante, llamó la atención –más allá del “Leon Gieco gate” en las redes sociales– al momento del anuncio del line-up.

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Puntaje: 8

Las remeras negras con el nombre de la banda fue lo que más se vio en la jornada. Ese nombre, pesado y gigante, llamó la atención –más allá del “Leon Gieco gate” en las redes sociales– al momento del anuncio del line-up. Si bien no es la primera vez que Metallica se suma a la grilla de un festival masivo (en 1996 ya había participado en el evento organizado por Perry Farrel y en 2014 fue parte del festival inglés Glastonbury), su presencia en esta edición del Lollapalooza generaba una mezcla de entusiasmo, curiosidad y morbo. Al fin de cuentas, sería otra de las tantas aventuras y disrupciones de la banda de San Francisco.
Todos, desde el metalero fiel que los vio en el José Amalfitani en 1993, hasta el púber que debutaba en un recital, pasando por la familia con cochecito de bebé incluido, todos estaban en el escenario principal a la espera que los otrora reyes del thrash metal y ahora banda de heavy metal-rock pesado-multitarget salga a escena. Y lo hicieron con una jugada inesperada: luego de la clásica introducción con “The Ecstasy of Gold”, de Ennio Morricone, arremetieron con “Hardwired” y “Atlas, Rise!”, de su última placa Hardwired… to Self-Destruct (2016). Un gesto que marcaría el tono del recital, al igual que la frase de James Hetfield: “No importa quienes sean ni qué banda hayan venido a ver. No importa cuáles sean sus gustos, religiones o creencias políticas, todos forman parte de la familia Metallica”.
Para que ese mensaje quede claro, dieron comienzo al primer impacto de la velada: “For Whom the Bell Tolls”, con la clásica introducción de Lars Ulrich, martillando su batería, que cualquier desprevenido identifica al instante. La participación de la gente se hizo notar en la siguiente canción de la lista, “The Memory Remains”, con el cantito de la melodía de guitarra y luego el coro tétrico a lo Marianne Faithfull. “Oh oh oohh… Ooh oh oohh… ”
Antiguerra y eutanasia, ese es el tipo de tópicos que maneja Metallica en sus letras y que tan bien expresa la épica “One”, un clásico que los llevó al mainstream de MTV gracias al videoclip que mostraba a un soldado agonizante rogándole a dios que lo ayude. “Now That We’re Dead”,“Moth Into Flame” y “Halo on Fire” formaron el segundo bloque de Hardwire… to Self-Destruct, y junto con los solos de Robert Trujillo de “To Live is to Die” y “Anesthesia (Pulling Teeth)”, y el solo de Kirk Hammett de “Disposable Heroes”, dieron cuenta de que la banda no daría concesiones pese al contexto de festival –menos tiempo y público no seguidor–, algo que le quitó temperatura y planchó por un momento el concierto.
Hetfield le preguntó a la gente si querían “heavy”, y pesadas fueron las versiones de “Sad but True” y “Wherever I May Roam”, que precedieron a una intensa interpretación por parte de los cuatro de “Master of Puppets”, ese tema que bien podría ser la máxima expresión del thrash-metal. Las perlas de la noche fueron “Harvester of Sorrow”, la breve introducción acústica de “The Call of Ktulu” previa al comienzo de “Fade to Balck” y el debut en suelo argentino de “Hit the Lights”, dato que Lars Ulrich le confirmó a James Hetfield.
“Seek & Destroy” hubiese sido el final perfecto si se hubiese obviado el detalle de que todavía faltaban los mega hits que conoce hasta la nona, “Nothing Else Matters” y “Enter Sandman”, más otra gema de la noche: una versión speed de “Fight Fire With Fire”. Mucho más ajustados que su anterior recital “by request” en La Plata pero con una setlist que se salió de la lógica festivalera, con los riesgos que eso implica, la presentación del gigante del metal en el Lollapalooza 2017 fue la confirmación de que Metallica hace lo que quiere, cuando quiere y en donde quiere. De más está decir que todos están invitados.
METALLICA (Lollapalooza Arg 2017) Fotos: Christian Pettinicchio


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