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ULTRABRIT TOURS

Lecturas Obligadas: Birmingham y su música. Brummies attack

A una hora y media desde la estación Euston en Londres, la cara más visible de la revolución industrial nos abre las puertas con la destacada amabilidad inglesa. Adelante que ya está listo el té.

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Porque Liverpool nos habrá legado a los Beatles y a los Echo & the Bunnymen, pero come on, qué más. Birmingham es semillero real de la música en esta categoría rock que nos acomete. Así seguimos recorriendo la geografía de la Gran Bretaña y llegamos al oeste de las Midlands, y aunque se la considera la tierra natal del heavy metal también tenemos de locales a nuestros ultrabritísmos Duran Duran. A una hora y media desde la estación Euston en Londres, la cara más visible de la revolución industrial nos abre las puertas con la destacada amabilidad inglesa. Adelante que ya está listo el té.
Que qué tienen en común Black Sabbath y UB40, o Electric Light Orchestra y Judas Priest, The Editors y Napalm Death, Fine Young Cannibals, Godflesh, Ocean Colour Scene y Wizzard, preguntará el lector. Pues el acento, la tonada característica que da identidad a pueblos enteros. Tierra de mesetas, ríos y unas pocas colinas, Birmingham es lugar de grises plomizos y canciones. Y mucho rojo ladrillo también, que se aprecia en las construcciones de grandes almacenes y depósitos de la era auge del mercantilismo. Y qué condicionamiento especulamos habrá afectado a la hora del arte esta cosmografía… No sorprende entonces que heavy metal, el género más pesado de todos haya surgido de este pequeño espacio con sus pesadas baterías y sus matices vocales tan afilados, ¿verdad? Pero eso lo reservamos para otro informe.
O el synth pop, también plagado de bases electrónicas que mantienen la cadencia de algún motor de tanta fábrica. Y Nick Rhodes supo hacerlo piano en Duran Duran. Padres del new romantic y la new wave, el grupo de Simon Le Bon lleva casi cuarenta años con el sello de Made in Birmingham en su material. Con el pop como estandarte, la banda se ha mantenido como una de las pioneras del género y con una de las voces más emblemáticas del Brit pop. No pasaron desapercibidos desde el primer momento: su estilo, charme y look conquistaron al fan desde sus mangas chabot y su postura escénica. Con tres Taylor en su haber -John, Roger y Andy- que no eran familia, un carismático Rhodes en los teclados (esos teclados que todo lo pueden), se dispararon en el mundo musical con Rio (1982), un primer álbum que los posicionó inmediatamente en el puesto número dos del ránking inglés, el más importante del mundo. Ya con el siguiente, Seven and the Ragged Tiger (1983), la fama los envolvió para no dejarlos salir nunca más. Y así salieron de Birmingham hacia el mundo. Se sucedieron mil y un éxitos, miembros del tandem -los fundacionales- siguen al frente: la bendita trilogía que conforman Le Bon, Rhodes y el hombre más guapo del mundo, John Taylor (oh, ¿estamos al aire?). Claro que han tenido sus vaivenes y caídas, pero se han trepado a la cima cada vez que tambalearon. Discos como Thank You, Medazzaland y Astronaut así lo garantizan. Los Brummies más queridos, sin dudas. Si a esta altura del informe no han puesto Duran Duran en Spotify, no tienen corazón.

Después de Londres, la ciudad capital, Birmingham es el lugar más grande en términos demográficos y como centro industrial, se la considera el motor de toda una nación. Una urbanización relativamente alta -puede llegar a mesetas de 300 metros con respecto a la altura del mar- vive mucha nieve en inviernos largos y duros, sumadas las eternas lluvias de la isla toda y como corolario, Birmingham es el centro de tornados. Pero todo esto solo suma -gran- material para los músicos.
Y qué mejor ejemplo de esto que Editors, el indie al palo. Y la oscuridad, la solemnidad, la madurez, los pianos más limpios. Apoyados en el sustrato musical que los precede, la banda liderada por la voz más profunda de todas, la de Tom Smith, es el mejor representante del post punk, ya diremos una post wave, y prometen nuevo material para el año que viene. Desde 2005, Smith -quien además está a cargo de las guitarras rítmicas, el teclado y es el principal compositor- y compañía han elevado el legado de Joy Division (It breaks my heart to love you, cantan en Sugar). La música no debe ni puede ser conservadora ya que es perturbadora por naturaleza y Editors halla su propia esencialidad en todos sus discos: The Black Room (2005), An End has a Start (2007), in this Light and on this Evening (2009), The Weight of your Love (2013), In Dream (2015) y TBA, lo que se viene en 2018. Editors tiene un vuelo que les permite esa espontánea relación con el todo, se han despojado de caracteres fundamentalmente abstractos para adentrarse en los peligros que eso conlleva. Y lo celebramos.
Flanqueada por las colinas de Lickey, Clent y la de Walton, además de estar atravesada por los ríos Severn y Trent, Birmingham es centro de una demografía interracial a partir de su oferta industrial. Ingleses locales, irlandeses, caribeños, africanos, árabes e hindúes se han asentado desde hace centurias y son parte de lo colorido de la ciudad. A partir de ésto, diferentes religiones también suman atractivo: protestantes, católicos, musulmanes, sikhs y budistas se dan lugar para elevar su fe. Hasta tuvo su gran sinagoga a principios del siglo XIX, hoy reconstruida para una logia masónica.
También es Birmingham quien vio nacer el reggae blanco con UB40, o el arty rock de ELO, el rap de The Street, el indie recitado de The Twang, el viejo rock psicodélico de The Move, el neo rock de Miss Halliwell y cuanta banda nueva se sume a una corriente que bien podría ser Brummie bands. Por su condición de identidad como desarrollo inevitable. En un mundo desencantado, la música concentra la utopía y del ideal como forma única posible de existencia.

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