Luego de revolotear durante los 90 entre distintas agrupaciones, Glasgow fue la sede en la que tres ingleses y un escocés encendieron la mecha de una de las bandas de indie rock más ruidosas de los últimos años. Alex Kapranos y Paul Thomson tocaban juntos en The Yummy Fur. Al disolverse el grupo, se les unió el bajista Bob Hardy, amigo de Alex. Simultáneamente, Nick McCarthy -que acababa de regresar a Escocia después de estudiar jazz en Alemania- no dudó en incorporarse en la batería. Así, en 2001, cuatro veinteañeros fundaban Franz Ferdinand.
En mayo de 2003, la banda firmó contrato con el sello discográfico independiente Domino Records y viajó a Gula Studion en Malmö, Suecia, para grabar su material. Unos meses más tarde, el 9 de febrero de 2004, el planeta conocería su álbum debut homónimo. Cargado con influencias de The Beatles, The Rolling Stones, The Who y Sex Pistols -que destilaban la indiscutible impronta del rock, punk y dance- los británicos resignificarían para siempre el nombre del archiduque austríaco, cuyo asesinato fue el desencadenante de la Primera Guerra Mundial.
La carta de presentación del grupo fue Darts of pleasure Editada en septiembre de 2003, su ritmo pegadizo se complementó a la perfección con un video de gran poder visual en el que la dentadura de Alex es la protagonista. El ojo de la cámara se posa desde su boca y capta todo lo que cruza el límite de sus labios, desde dentífrico, cerveza, papas y hasta su micrófono de vocalista. El sencillo llegó al top 20 en el Reino Unido.
En enero de 2004, Take me out revolucionó las radios. El magnetismo de los acordes iniciales lo convirtieron en un verdadero himno rockero que no tardó en trepar hacia la cima de los rankings y en demostrar que Franz Ferdinand tenía un potencial arrollador. Alcanzó el puesto número 3 del UK Singles Chart y también del Modern Rock Tracks de Estados Unidos. Pero, el segundo corte de difusión, también arrasó a nivel visual. El clip, inspirado en el estilo de montaje fotográfico del dadaísmo y en las figuras geométricas propias del constructivismo ruso, ese mismo año ganó un MTV Video Music Award por “Video revelación”.
Ya con el LP en las calles, The dark of the matinée fue estrenada en abril. Dueña de un sonido vibrante que invita al tarareo, esta canción resulta inseparable de su desopilante video. Los integrantes de la banda, puestos en la piel de estudiantes de secundaria, repiten una coreografía robótica mientras ejecutan sus instrumentos y a la que se suman el resto de los personajes que ocupan esa aula iluminada sólo por las diapositivas que se proyectan en el frente. El sencillo se ubicó en el puesto número 8 del UK Singles Chart.
Michael se lanzó en agosto. El filtro lúgubre con el que fue filmado el clip refleja el espíritu dark del tema. Mientras la banda toca en un sótano abandonado, unos jóvenes vestidos de negro bailan siguiendo las melodías eléctricas que emanan Kapranos y los suyos. El tema logró el puesto número 17 en el Reino Unido.
La última entrega llegó en noviembre de la mano de This fire. Una explosión sonora envuelve la voz de Alex mientras canta “Este fuego está fuera de control, voy a quemar esta ciudad”. Enfundados en trajes negros y con los ojos maquillados en el mismo tono, los miembros de la banda son las estrellas de otro video que retoma el estilo del arte y la propaganda soviéticos de los años 20. El hit se posicionó en el puesto número 8 del UK Download Chart.
Franz Ferdinand vendió cinco millones de copias en todo el mundo y fue galardonado en 2005 con dos Brit Awards por “Mejor grupo británico” y “Mejor actuación de rock británico”. La banda necesitó sólo de treinta y ocho minutos, motorizados a fuerza guitarrera, para demostrar que sus canciones formarían parte de la identidad musical del nuevo milenio.