Llega a las librerías otra edición de la colección Vademécum que suele focalizar en la historia de algún disco del rock argentino (cuentan con trabajos sobre Yendo de la cama al living y El Jardín de los presentes). Esta vez es el turno de Uniendo Fisuras, ejemplar escrito por Diego Giordano que toma como eje vertebrador a Signos (1986) de Soda Stereo, álbum que significó un verdadero parteaguas en la biografía del trío.
Con prólogo del músico y colaborador de Soda, Fernando Samalea, en sus páginas encontramos la ya archi conocida historia de la banda de Cerati, Bosio y Alberti en sus inicios en el under porteño y su posterior escalada a la masividad latinoamericana promediando la década del ’80. Se recogen testimonios exclusivos de gente habitué en los recuerdos de aquellos tiempos: Richard Coleman, Fabián “Zorrito” Quintiero o Adrián Taverna, entre otros. Pero también aparecen las palabras de periodistas y analistas como Norberto Cambiasso, Pablo Schanton o Eduardo Berti que van pintando un fresco de época con escenas, influencias y conexiones nacionales, continentales y mundiales.
De manera atinada, este libro cuenta con un ineludible capítulo donde, con sus respectivos Lado A y Lado B, Giordano repasa al detalle canción por canción y analiza cómo están estructuradas, cómo fueron compuestas, cómo fueron grabadas, con qué equipos, sus participantes y sus (¡oh, polémica!) créditos.
Interesante publicación que entre sus páginas aporta algunos datos poco conocidos, como aquel que revela que Soda Stereo (y otros tantos grupos argentinos de la época) tenían grandes problemas para cobrar los derechos de autor generados en el exterior provenientes de ventas de discos, tickets y difusión radial. Una persona importante para resolver esas dificultades fue Juan José Cerati, padre de Gustavo… ¿Cómo lo solucionó? Esa historia y muchas más las encuentran en Uniendo Fisuras.