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Acorazado Potemkin: “La banda trata de llevar al límite el momento en el que está”

El trío presentará su nuevo disco Labios Del Río en Niceto el 3 de noviembre.

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Foto: Victoria Schwindt

El trío presentará su nuevo disco Labios Del Río en Niceto el 3 de noviembre.

Acorazado Potemkin viene sembrando una semilla de rock con formato clásico que intenta escapar a los lugares comunes del género. El impulso creativo de la banda en lo musical está también en las formas de hacer que intentan romper lógicas que puedan aprisionar esa praxis. Es así como decidieron editar Mugre (2011) en formato digital con descarga gratuita desde su página oficial y así evitar que una cuestión de producción física de las copias en CD retrazara la salida de un disco que ya estaba listo para salir a presentar. Luego de ese primer paso, tanto Remolino (2014) como el flamante Labios Del Río que acaba de salir están disponibles para su descarga desde la web.
Este trío poderoso y amable, inteligente y visceral, experimentado y fresco, está formado por Federico Ghazarossian en bajo, ex Don Cornelio y La Zona, Los Visitantes y Me Darás Mil Hijos, Juan Pablo Fernández en guitarra y voz, ex Pequeña Orquesta Reincidentes, y Luciano “Lulo” Esaín, a cargo de la batería y los coros, también integrante de Valle De Muñecas y de la banda de rockabilly Motorama.
Acorazado Potemkin no suena a nada de lo que ustedes hayan hecho antes en otros proyectos. ¿Cómo lo lograron?
Juan Pablo Fernández: Yo siento que cada cosa de los tres está. Podés hacer un recorrido hacia atrás y encontrar algo. No hay una receta de cómo hacer las cosas, todo depende de las ideas y las químicas de las personas. Potemkin trata de encontrar sus propias reglas, sus propios momentos, sus propias cosas que quizás tienen que ver con cosas que se discuten siempre o desde siempre. Y lo musical es lo que sale de cada uno de nosotros que no somos músicos de acompañamiento, no acompañamos a un cantante o a un solista, cada uno aporta lo suyo y eso hace que el resultado estético sea muy distinto o por lo menos personal.
Luciano Esaín: Hay algo que tiene que ver con la formación de la personalidad o de la identidad de la banda, se crea un lenguaje, ya sea musical o de lo que se charla que es propio de cada banda. A mí me pasa que estoy con los tres proyectos al mismo tiempo y lo que se charla en la interna es propio de cada banda y en eso, que se logre eso dentro del círculo íntimo te da la pauta que hay una personalidad, una identidad propia, algo que se formó y que se asentó. Una vez que todo ese lenguaje interno está creado y formado, ahí la cosa va andando.
En la invitación a descargar el disco de la web hay un pequeño manifiesto: «Labios del Río es el tercer disco de Acorazado Potemkin y se descarga libremente gracias al trabajo de mucha gente, a nuestro entusiasmo por compartirlo y al derecho de ustedes a disfrutar la música sin intermediarios.» ¿Cómo es mantener esa estrategia?
LE: Juan Pablo decía «un piedrazo es un piedrazo y el segundo es política». Entonces, la primera vez fue así y cuando estaba por salir Remolino decidimos ponerlo para descargar gratis y que sea el sello de la banda.
Federico Ghazarossian: Vamos tomando fuerza en la independencia de articular cada vez más todas las posibilidades que te da la web. Al no haber tantas radios que te pasen nosotros usamos todos los medios para eso, que sea nuestro canal de escucha y que la gente tenga ahí todo regalado o para escuchar.
LE: Y después hay gente que dice «¿cuándo va a estar el físico que ya se los quiero comprar?», eso también está genial.
Es el segundo disco que graban con Mariano “Manza” Esaín como productor. ¿Tomaron como punto de partida el trabajo hecho en Remolino?
FG: Siempre pensás en subir un poco más la cresta de la ola, es tratar de notar diferencias y no repetirte. Y lo de Manza fue una elección porque nos encantó como sonó Remolino. Fue increíble el trabajo con él porque ya hay química y confianza que son importantísimas.
¿Cómo no repetirse y poder encontrar variaciones siendo un trío de rock con una formación clásica?
JPF: Potemkin siempre trata de hacerse cargo del momento en el que está, porque no volveríamos a hacer algunas cosas como en el estudio cuando grabamos Mugre, pero en ese momento ejercimos el tiempo y el momento que nos tocaba vivir, lo que podíamos hacer. Quisiera creer que la banda trata de llevar al límite el momento en el que está y lo que puede hacer en ese momento. De hecho en este disco hubo una producción en la que no estuvo tanto Manza sin embargo en la grabación estuvo muchísimo más participativo y activo que en Remolino, él sabía como se iba a grabar porque conocía el estudio y ahí veníamos hablando que queríamos grabar en vivo y después ya teníamos una idea en la cabeza de por donde ir desde la base y por dónde incorporar músicos invitados, voces invitadas, quizá parte de ese trabajo de identidad que decía Lulo tiene que ver con generar esos espacios en los que haya cierta apertura posible para los cambios y para los golpes de timón.
FG: Por ejemplo “Humano”, que suena  diferente a todo en general porque el piano suena un poco más que la guitarra, está no compitiendo pero trabajando los dos a la vez con la acústica y es otro aspecto nuestro.
LE: Hay un entusiasmo en el momento de hacer las cosas, hay algo emocional que hila todo y que le da entidad y le da una coherencia.
Hay dos estilos muy diferentes en los letristas de la banda. Juan Pablo tiene un estilo más verborrágico de contar historias y Federico es más existencialista y minimal pero luego en el disco hay una unidad, ¿cómo se logra?
JPF: Asumiendo que cada canción tiene que ser algo en sí mismo y no tiene que ser deudora de la anterior o de la que viene o de la que está haciendo el compañero, se labura mucho eso. Incluso, hay temas que sale la letra entera y hay otros que se tarda mucho, por ejemplo, en “Santo Tomé” yo quería hablar de un tema en  particular, de una situación en particular que tenía en la cabeza, que me gustaba más el clima que lo que estaba queriendo contar entonces empezaron a aparecer recursos para escribirla y se terminó resolviendo a partir del trabajo sobre la melodía y la estructura del tema que ya estaba. Después hay otros que son muy claros, que sale la letra de un tirón, en otras salieron en la pre-producción pero una  vez que está planteado cada tema requiere su complejidad. “El Rosarino” tiene un poco más de humor, otras son más tristes, “Santo Tomé” es una historia concreta contada con distintas aristas y links de cosas que yo quería incluir, después hay otras que son más catárticas, “Las Cajas”, “Hablar de Vos”, que estás contando lo que te pasa adentro.
¿Y cuando trabajan letras de otra gente? Por ejemplo, “Mundo Lego”.
JPF: Son tres poemas distintos ensamblados en una letra, porque el libro Mundo Lego (Josefina Saffioti) tiene dos ejes temáticos, una mudanza y la construcción e ese mundo, Lego, que se va armado y otro eje temático que es una causa judicial por violencia de género, tiene esas dos cosas que van en paralelo. En ese libro es muy claro que algunos poemas hablan de lo mismo, yo me sentí libre de incorporarlos y traerlos  y cortar y pegar porque me parecía que estaban en la misma sintonía. Muchas veces en los temas y dentro de un mismo tema decimos bueno, esta parte ya está contada, ya dijimos esto, ¿se entiende la idea sin esto? Sí. Y ahí aparecemos los tres. Esto está contado no hace falta otra parte, no hace falta volver al estribillo. O al revés, el tema necesita machacar sobre una idea, necesitamos volver al estribillo o que haya una parte instrumental que de pausa a eso.
LE: También Fede viene con una letra y con una idea melódica y armónica en general y le terminamos de dar forma entre todos.
Hay dos covers en este disco ¿Por qué?
FG: ¡Porque si! Porque estaban, porque decidimos grabar todo lo que veníamos haciendo. El de Lila Downs ya tiene como un año que lo venimos tocando y el de los Beatles Juan un día vino con el riff y dijimos “¿por qué no?”
Siempre te hablan del tango pero te escuché decir en radio que pensabas para el fraseo en cosas como Morrissey y me llamó mucho la atención escucharte decir eso. ¿Cómo conjugás esos universos?
JPF: En realidad son como toreos, uno dice, no pasa sólo allá esta forma de cantar. Aquel hace lo mismo desde otro lugar que nada que ver y que incluso ni siquiera es tan deudor de la música popular (inglesa). Es muy melódico para cantar y también es muy decidor y él sabe muy bien como concentrar textos con mucha carga y a la vez terminarlos con un remate más lírico, más abierto, muy melódico. Hay que saber jugar, usar eso como una tensión. En una época yo decía que me gustaba escribir como se habla, no me gustan mucho los versos muy poéticos o demasiado líricos. No me gusta cargarle a la canción una pretensión así porque me parece que es entorpecer, me gusta contar algo un poco más sencillo, me gusta respetar la acentuación de las palabras, de la gramática en español. Para mí eso es inevitable del tango que también recupera el habla popular, el lunfardo. Hay una forma porteña de cantar que la tiene Palo (Pandolfo) que la heredó de Moris y de Miguel Cantilo, evidentemente yo ando en esa línea.
LE: Pero Joe Strummer tiene un montón de esas cosas, también es una forma parecida de cantar, como hablando y de repente una frase te la termina con una melodía y decís “ah, había una melodía ahí”.
¿“Santo Tomé” sería ese caso?
JPF: Y sí, en otras partes en muy melódica, también lo trabajamos mucho eso, era no gritar, no contar, no hablar, que sea muy, muy, muy melódica, muy suave en algunos momentos de cantar y de grabar y que se juegue ese contraste incluso en cómo está escrita esa parte en la que hay dichos populares inventados como «en las fronteras se aprende a esperar» o «quién ve su sombra no debe cruzar» al inventar dichos populares que vayan justo con esa melodía nos obligaba a cantarlos distinto.
Casi todos los invitados menos uno son chicas y hay dos canciones en las que cantás desde una perspectiva femenina (“Mundo Lego” y “Semilla de Piedra”) ¿hay una búsqueda conciente ahí o es algo que salió?
FG: No, a Elbi (Olalla, pianista) la conocimos tocando en febrero y tiene una manera de tocar el piano que no se puede creer y ella es una divina persona. Después a Juliana (Moreno, flautista) la conocía Juan Pablo, a Christine (Brebes, violinista) la conocíamos de toda la vida porque tocó con Mil Hijos. Y lo de Mariana (Päraway, cantante) fue buscando una voz femenina, no la conocíamos y un día un amigo posteó un tema, lo escuchamos y nos gustó mucho. Nunca pensamos «llamemos a cuatro chicas», fue natural.
¿Tampoco pensaron en cambiar el género de las canciones?
JPF: No, pero eso sí fue deliberado, llega un momento que no es inocente, es notorio entonces te hacés cargo de eso, encontrás desde el respeto concretamente a quién lo escribió y después cómo te hacés cargo vos de no cambiar el sexo como para ponerte en otro lado. Te tenés que hacer cargo de lo que cantás, entonces en ese sentido no es inocente.
LE: Cuando tocamos “Mundo Lego” me hace acordar a cuando fuimos a tocar al acto de Ni Una Menos o a la campaña a favor del aborto, me linkea directamente a eso. Juan está cantando una letra de una canción en la cual habla una chica como cuando leés un libro y la protagonista es una mujer, si te ponés en la piel de la protagonista te identificás.
Ustedes tocan mucho en «causas». ¿Hay una lectura posible de ciertas causas feministas y todas esas sumatorias?
JPF: Es que uno no es ajeno a eso.
LE: Te llama decir algo al respecto y por ahí la manera de decirlo es ésta.
FG: Es como cuando nos invitaron para Ni Una Menos o el aborto legal, dijimos sí porque nos interesa que esas cosas vean la luz, me parece que son cosas que hay que transmitir.
JPF: Tiene que ver con universos comunes. De hecho participamos del festival de los despidos en la misma semana que a mí me echaban del Ministerio de Cultura. Estamos adentro de todo eso. Somos parte de eso.
¿Se ven llegando a ser una banda con un mayor nivel de masividad?
JPF: A nosotros nos gusta el under y venimos de ahí y lo reivindicamos desde un lugar de laburo, desde un lugar de producción independiente, de un espacio dónde todos somos iguales, dónde no hay aparatos que sostienen un mal show o un mal disco, nosotros tenemos que dar examen cada vez, en cada tema, en cada disco, en cada show y eso me parece que es algo lindo que tiene el under dónde estamos todos ahí pelando la verdad del show.
LE: A mí siempre lo que más me gustaría que pase es que se pueda estar tocando todo el tiempo, que puedas ir a una ciudad, que puedas ir a otra, que se armen shows todo el tiempo y que haya un circuito continuo de lugares con una asistencia de público que se pueda ir y volver y tocar y el año que viene y nos vemos en la próxima ciudad. Eso es lo que yo siento que es lo más lindo de tocar.
JPF: Eso, la verdad que sí. Y lo que yo siento que está pasando es que ya está tan corrido el eje de la escena independiente de lo que es la escena mainstream o los 40 principales que ya no existe para mí una idea de legitimación de eso.
Tal vez no es tanto una cuestión de legitimación en cuanto al mainstream sino una cuestión de por ahí dar un salto y poder decir: vivo de la banda y me puedo dedicar 100% a la banda. 
FG: Sí, igual nosotros nos dedicamos 100% a la banda, obvio que sería otra situación si podemos hacer un Luna Park y ponernos a girar por el país, creo que el hecho fundamental nuestro es tocar y tratar de articular en todo el país eso porque creo que lo que yo más aprendí con Potemkin es volver a la ruta con los instrumentos, tomar micros y antes de quedarte sentado en tu casa nosotros preferimos salir a tocar. Nos tomamos el micro y ya está, vamos a dormir a la casa del organizador o de un amigo del organizador, de quién sea, no es que vamos al hotel 4 estrellas. Y a parte vos nos vas a ver en los lugares antes del show estamos hablando con la gente o vamos y vendemos los discos nosotros mimos.
LE: Siempre está bueno tocar con lindas condiciones técnicas entonces a medida que vos vas llevando un poquito más de gente y tenés mejor monitoreo, mejor sonido para los que te van a ver y eso está bueno.
JPF: Y que no te cambie la forma de pensar, lo más importante debería ser que el grupo sea independiente de la puerta de la sala para adentro. Que realmente lo que nosotros podamos hacer sea construir un universo propio, un camino propio, estético, musical, poético, que tenga que ver con las cosas que nos pasan incluso cuando decimos que nos interrumpa en la sala de ensayo para ir a un festival porque desapareció Santiago Maldonado, porque asesinaron a Mariano Ferreyra, hay que estar ahí. Pero una cosa era el espíritu punk fanzinero del hacelo por vos mismo y otra cosa es cuando vos empezás a razonar como un productor o como un tipo que tiene una PyME y tiene que hacer funcionar el boliche. A ese tipo de razonamiento le escapamos.
LE: Sí, es la célula primal el tener ganas de tocar, eso no lo podés perder, hay que mantenerlo.
JPF: Una banda debe ser nada más y nada menos que la suma de las personalidades que la integran y no una marca que los supera o un producto que los engloba. Cuando te hacés cargo de eso empiezan a aparecer otras cosas más complicadas, bueno, estás con problemas personales, el disco no puede salir o al revés estás con problemas personales y a la vez entre todos logramos que eso sea parte, que esté arriba de la mesa, que se ejerza y que eso le de más intensidad y sentido a lo que hacés. Lleva más tiempo pero es más lindo, más real, para nosotros es más genuino así.
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Acorazado Potemkin presenta Labios Del Río
Viernes 3 de noviembre – 20:30hs
Niceto Club (Niceto Vega 5510 – CABA)
Entradas en venta en Ticketek
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El 1° de noviembre habrá una pre-venta del disco en las oficinas del sello discográfico Oui Oui Records, Soler 6090 – CABA, de 18 a 21 horas.
El resto de la gira presentación de Labios Del Río será el 4/11 en Mar del Plata, el 11/11 en Junín, el 18/11 en Montevideo, el 24/11 en Córdoba, el 25/11 en Mendoza y el 9/12 en Firmat, Santa Fe.

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