Luego de tocar el pasado octubre en La Tangente y de calmar el verano porteño a fuerza de melodías revitalizantes con shows en el Festival Refresco y en el Centro Cultural Recoleta, Barco clavó sus anclas este sábado 20 de mayo en Camping. El otoño tardío que decidió plantar bandera esa misma noche en Buenos Aires fue combatido con un repertorio diseñado al calor del más abrasador pop.
Creo que no llueve más, canción indicada para celebrar el fin del diluvio que había azotado a la ciudad el día anterior, fue la encargada de inaugurar la velada. Inmediatamente, dos de los grandes hits de la banda se abrieron paso: Era es será y Sobre la superficie inyectaron su ritmo irresistible a los montones de cuerpos ansiosos por moverse. “Vamos a hacer algo más tranqui”, anticipó Ale Álvarez antes de que los acordes iniciales de Ey inundaran con su bella melancolía todo el predio. Enseguida, Órbita y su “mientras bailemos, bailarás”, instaló el mantra que se impuso tanto arriba como abajo del escenario y que reforzó la premisa del concierto.
Una de las sorpresas de la noche fue la presentación exclusiva de Me pierdo, tema perteneciente al tercer álbum de estudio de la agrupación que musicalizará las playlists de los fans el 21 de junio. Con una letra desbordante de imágenes y con guiños incluidos a Amor amarillo y a La hija de la lágrima -himno del LP homónimo de Gustavo Cerati y disco imprescindible de Charly García, respectivamente- El viaje de la canción, cuyos primeros dos adelantos fueron liberados semanas atrás, comenzó a tomar una forma cada vez más atractiva.
La magnética Millonarios propuso retroceder cuatro años, cuando Barco lanzó este single con la participación estelar de Cucho Parisi. Pero, sin pausa, el grupo se teletransportó nuevamente al presente para darle vida a Nadie estaba preparado, su más reciente sencillo de alma beatlera cuyo videoclip se estrenó hace algunos días. Sin darnos cuenta incorporó una figura femenina a su altura: Rosario Ortega fue la invitada que aportó sensibilidad a aquella historia que narra un desamor. Bronce y Antes del desmayo, dupla favorita del público, funcionó como el combo infalible que los reconectó con los inicios del grupo de Florida. Pero, el salto hacia el aquí y ahora no tardó en llegar de la mano de Piel y mar, track que en noviembre del año pasado abrió las puertas de su nuevo trabajo y que ya se perfila como un hit en potencia. El romanticismo siguió ganando protagonismo gracias a la encantadora Brotan margaritas y Ultraliviano aportó una necesaria cuota de distorsión electrónica.
Dos de los temas más esperados aterrizaron para subir la adrenalina en el último tramo del recital: El no lugar y Eso es amor confirmaron su título de himnos en la voz de un fandom que los coreó de principio a fin. Si hay una joya que no podría quedarse afuera del tracklist, esa es Buen trato. En plan de hacer explotar su energía avasallante, Nacho Van Thienen -vocalista y guitarrista de Superido- subió al escenario para imprimirle una interpretación rockera. El cierre estuvo a cargo de un clásico de Ratones Paranoicos sin fecha de vencimiento: Sigue girando fue el broche de oro que encendió el agite en todo Camping. Ale se sumó al pogo multitudinario para dejar bien en claro, con la elección de este cover, que Barco piensa seguir recorriendo rutas y poner en marcha su viaje de la canción. La despedida a puro baile -en el que Ale, Rama, Justo y Fran se mezclaron entre la gente- no dejó dudas de que esta actuación fue la mejor antesala del próximo paso en su carrera.
