“Lo que habla por mí es la música”, dice Gustavo Cerati mientras la cámara toma a Buenos Aires desde las alturas. Su voz -que sobrevuela la ciudad de la furia- le da play a Un hombre alado, el documental dirigido por el cineasta colombiano Felipe Restrepo. Debutó virtualmente en julio en el marco de Indiebo 2020, el Festival de Cine Independiente de Bogotá, en el cual fue galardonado con el Premio del Público. Ahora le llegó el turno a Argentina, donde se estrenó de forma online el 28 de noviembre como parte de la programación del Festival de Cine Latinoamericano de La Plata. Sin ánimos de desafiar a la música, ese lenguaje sagrado de Gustavo, Restrepo hizo de ella la razón para ir un paso más adelante. La propuesta es simple y movilizante a la vez: contar a Gustavo a través de las palabras de quienes caminaron a su lado en distintos momentos de su vida artística.
“Tenía tácito en él no repetirse, por eso son todos diferentes sus discos”. La primera línea, trazada por Adrián Taverna -ingeniero de sonido histórico de Soda Stereo y de la etapa solista de Gustavo- será la premisa que atraviese todo el relato. El único integrante del equipo que estuvo presente en cada tramo de su carrera abre la puerta del universo ceratiano e invita al resto de los protagonistas a navegarlo.
Fabián “Zorrito” Quintiero, Anastasia Chomyszyn y Marcelo Moura viajan a los ‘80 y se centran en cómo el new wave -con ese cóctel de rock, funk y ska- lo influenció en lo musical y estético con tanta fuerza que encendió la llama de Soda Stereo. Tweety González, tecladista invitado del trío, no vacila en definir a su líder como un buceador de sonoridades en busca de nuevas formas de componer. Como representantes de Bocanada, Leo García pone a Gustavo en la piel de un aprendiz curioso que transformó a las máquinas en un instrumento musical más y Flavio Etcheto cita su propia autodefinición: “Yo soy un científico de la música.” Fernando Nalé y Emmanuel Cauvet rememoran las extensas jornadas de grabación de Ahí vamos en las que Gustavo perseguía el sonido perfecto a la par que potenciaba el crecimiento de sus colegas. Richard Coleman, parte de la banda de Ahí vamos y de Fuerza natural, se desplaza por montones de recuerdos. Va desde anécdotas de su juventud hasta la composición conjunta de canciones inmortales en las que la letra siempre era la última pieza del rompecabezas. Gustavo Bove, autor de Cerati. Conversaciones íntimas, ve en él a un artista que traspasa el plano musical y que comunica en todos los sentidos, desde la elección de su look hasta el armado de la puesta en escena de un show. Andrea Álvarez, percusionista de Soda Stereo, evoca ese radar de Gustavo para detectar lo que pasaba en cada recoveco del escenario. Loló Gasparini, corista de Siempre es hoy y Gabriela Malerba, diseñadora de las tapas de varios de sus discos, traen al presente su inagotable energía creativa. Pero Restrepo también se sumerge en una faceta no tan conocida de Cerati: su incursión en el cine. Ahí hace su aparición el chileno Eduardo Capilla, director de + Bien, película para la que Gustavo compuso la banda de sonido y, además, se dejó seducir por la actuación. Por su parte, el cineasta Ariel Rotter narra su aventura como un fan desfachatado que irrumpe en la casa de su ídolo y logra más de lo que se había propuesto. Gustavo no puso únicamente la firma en las melodías del filme Sólo por hoy, sino que este trabajo lo inspiró para la producción de su tercer álbum de estudio. Oscar Fernández Roho, estilista de Cerati desde los comienzos de su fase solista, revive la emoción que sintió Gustavo al tocar en 2007 con Luis Alberto Spinetta, su máximo referente. Sus palabras -acompañadas por imágenes de esa presentación legendaria- construyen una postal que condensa el costado más humano de su amigo. Rudie Martínez -a cargo del scratch en Bocanada– y Alejandro Terán -director orquestal de 11 Episodios sinfónicos y de la Filarmónica de Londres que participó en la grabación de Verbo carne en Abbey Road- coinciden en que Fuerza natural es un disco que hay que reescuchar constantemente para descubrir todos los mensajes cifrados que encapsuló Gustavo, que van desde lo lírico hasta las huellas masónicas en el diseño de la portada. Adrián Taverna vuelve a tomar la posta y asegura que la felicidad de Gustavo por el resultado de su último LP se resume en la primera frase del track número 1: “Puedo equivocarme, tengo todo por delante y nunca me sentí tan bien.” Restrepo capta esta plenitud desde el ojo del fanático que filmó ese solo magnético de Lago en el cielo aquella noche de mayo de 2010 en Caracas donde concluiría más que la primera parte del Fuerza natural Tour.
A lo largo de 82 minutos, los testimonios se entrelazan con coloridas ilustraciones de Gustavo y de los elementos que representan sus temas más emblemáticos. Junto con fragmentos de distintas canciones y al ritmo de la banda sonora producida exclusivamente para este proyecto, forman un collage perfecto. Su voz, que flota por los aires porteños durante todo el documental, sentencia: “A través de la música el mensaje está llegando”. Los mejores decodificadores son sus compañeros de ruta porque, no caben dudas, de que él es parte de todos.