Jake Bugg, este chico de 25 años que desde los 17 rompe récords y conquista a los grandes del rock, entre ellos, a Noel Gallagher, lanzó al mercado un nuevo video de la canción «Be Someone». Lo nuevo de base electrónica, es bien diferente al country primigenio al que este pequeño gran artista de Nottingham nos tiene acostumbrados.
El video tanto como la canción trata de la existencia y de ser alguien más allá de un ente. En el clip se puede encontrar a un hombre polarizado en dos situaciones adversas: una en la que es una especie de cura o sacerdote, y otra en la que es una estrella de rock.
Curioso es que esta dualidad, que muestra a dos personajes que no tienen nada que ver uno con el otro, se divide pero se encuentra en poses y situaciones similares: en un bautismo con agua bendita y en un baño de Champagne; en adoración divina, y en culto por el rock; y al final del video, casi metafóricamente, un plano cenital de dos cajones fúnebres idénticos. El mensaje es que al final todos somos iguales, pero si se trata de ser, «pues sé alguien, demonios».
Sí, extrañamos al Jake de «tres acordes juntos y se forma una canción», como el solía decir, pero no es el único que se sumó a esta ola de música (un poco) más bailable dentro del espectro indie del Britpop. Un claro ejemplo es de ello es el mayor de los Gallagher, quien sacó un álbum de música con tintes dance, sorprendiendo y llevándose un par de caras de disgusto de sus fans de las épocas de Oasis.
Lo que es cierto es que una vez que se dominan ciertas cuestiones relacionadas a la música, como el oído, los ritmos, la armonía y la melodía, se abre la mente y uno es capaz de escuchar y producir en otros géneros, también son geniales.
