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Arctic Monkeys en el Lollapalooza: melodías en perfecto equilibrio

En su cuarta visita a la Argentina, los británicos cerraron la segunda fecha del Lollapalooza. Fueron unos de los artistas más convocantes de la sexta edición del festival que tuvo lugar el 29, 30 y 31 de marzo en el Hipódromo de San Isidro

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Bajo un sol que quemaba en una Buenos Aires que aún no se enteró de que el otoño llegó hace poco más de una semana, cientos de jóvenes caminaban en procesión hacia la puerta del gigantesco predio. Tras pasar la pulsera por el lector del molinete, serían parte de la segunda jornada del Lollapalooza Argentina, ese festival que allá por 2014 para algunos sólo parecía un evento masivo con “nombre raro” y que hoy está instalado en el imaginario colectivo, trascendiendo los límites de lo musical para ser sinónimo de una experiencia que abarca al arte en general, la gastronomía y la moda.

Todavía no eran ni las cinco de la tarde pero ya se palpitaba lo que sucedería dentro de unas horas; no lo decía sólo el line up del día 2, sino que lo gritaban las remeras de la mayoría de los concurrentes. Estampas de diferentes estilos dejaban leer el nombre de la banda estrella de la fecha, responsable de que las entradas del sábado fueran las primeras en agotarse: Arctic Monkeys.

A las 22 hs, horario de la cita, en el Main Stage 1 se hicieron presentes dos de los elementos artísticos que caracterizan al video de Four out of five, corte de difusión de Tranquility Base Hotel + Casino, su último material lanzado en 2018: la música de suspenso y las luces rojas. Todo parecía indicar que ese sería el tema de apertura, pero no fue más que una trampa para despistar a la masa interminable de fanáticos que saltó al unísono cuando sonó el estridente riff de Do I wanna know? Y ahí estaban los treintañeros de Sheffield comandados por Alex Turner quien, sumido en el papel de galán de los años cincuenta, hace rato dejó atrás a ese chico con acné y cabello desaliñado para hacer de su jopo al mejor estilo Elvis una marca registrada. Con un repertorio en el que se lucieron presentando algunos de los temas de su flamante disco, los Arctic supieron equilibrar a las sofisticadas The ultracheese y One point perspective con las bombas adrenalínicas de Brianstorm, Teddy picker y  I bet you look good on the dancefloor y, además, dar el toque romántico con la infaltable Cornerstone.

Centrando el punto fuerte del setlist en AM, al ritmo de hits como Snap out of it, Knee socks y Why’d you only call me when you’re high?, los ingleses aplicaron la fórmula perfecta para cautivar a un público mayormente sub 25 al que lograron conquistar en 2013 cuando editaron su quinto álbum de estudio. Si hay algo que identifica a los Arctic Monkeys es la reinvención a la hora de encarar un nuevo trabajo. Y Tranquility Base Hotel + Casino no fue la excepción: a riesgo de decepcionar a sus admiradores cambiando el sonido power de las guitarras por la sutileza del piano, el resultado sigue siendo positivo.
La sensación de calor intenso no sólo estuvo en el ambiente. También se sintió en el pecho de un auditorio colmado por 100 mil personas que mantuvieron la euforia intacta durante las casi dos horas que duró el show. Las pocas palabras que la banda dirigió al público fueron compensadas por 21 tracks que demuestran que el camino recorrido por Turner y los suyos desde los primeros tiempos en My Space hasta los conciertos multitudinarios, les ha forjado un profesionalismo más que sólido.
Luego de retirarse del escenario por unos pocos minutos, los Arctic volvieron recargados para coronar su presentación con Star treatment y Arabella. Como si se tratara de un interrogante hacia sus fieles seguidores, cerraron la noche con la rockera R U Mine? Con su energía potenciada por las cientos de voces que coreaban la letra, la banda encontró una respuesta más que clara a la pregunta: «Are you mine? Or just mine tonight?”

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