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“¿Sabrá tu novia que escuchamos Bradford?”

Que Morrisey decida grabar una de tus canciones y  que además invite a tu banda para que sean teloneros en su debut solista post ruptura con los Smiths en  Wolverhampton Civic Hall, podría entrar, tranquilamente, en la lista de “Cosas que no te van a pasar nunca en la vida”.

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Que Morrissey decida grabar una de tus canciones y  que además invite a tu banda para que sean teloneros en su debut solista post ruptura con los Smiths en Wolverhampton Civic Hall, podría entrar, tranquilamente, en la lista de “Cosas que no te van a pasar nunca en la vida”.
Hubo una excepción. Todo esto pasó y los elegidos fueron los jóvenes de Bradford, un quinteto norteño inglés de cabezas rapadas con botas Dr. Martens  y una sensibilidad para componer melodías pop que iban desde Housemartins, pasando por The Jam, Dexys Midnight Runners y The Smiths. A Bradford le llegó su día de suerte cuando Morrissey los escuchó y abiertamente los mencionó como claros herederos del trono que The Smiths había dejado vacante en el 87. Y como si esto fuera poco, se sumó el productor Stephen Street, quien también había trabajado con The Smiths, y posteriormente lo haría con  Blur y The Cranberries.  Street los puso en la lista de  Foundation — subsello de Rough Trade— y les produjo “In Liverpool”, que se coló en el  número 12 de las listas británicas. Después vinieron dos singles más y un Ep.

En 1991, Morrissey decide grabar el tema que más le gustaba de Bradford: Skin Storm. Automáticamente, después de esto, fichan para el sello de EEUU, Sire. Pero lamentablemente no todo podía ser tan bueno y su suerte llegaría a su fin. El disco no funcionó, no vendió lo que esperaban y Bradford se quedó sin sello y sin ganas de seguir escribiendo canciones. Los rapados se separaron así de rápido, tan rápido como lo bueno había llegado. Pero casi nadie se hizo eco de la noticia, porque Inglaterra estaba bajo los efectos de Madchester y la nube química de lluvia acida de Inspiral carpets, Happy Monday y Stone Roses.
Finalmente, después de esta efímera historia de ascenso y caída, este año se editó un doble que recopila todas las grandes canciones del quinteto. Salió bajo el nombre “Thirty years of shouting quietly”, y la plataforma de Spotify ya lo tiene en su carpeta para que lo podamos escuchar en un otoño cargado de nueves y viento.
«Cinco tipos con cortes de pelo estrictos: su imagen evoca golpes cortos y bruscos, pero su música cuenta una historia diferente… creando canciones pop inteligentes y distintivas, finamente elaboradas. No hay excursiones jangly a través de senderos trillados de previsibilidad: la imagen, el nombre, las canciones, la inteligencia y la voz se encargan de eso«, decía el Sounds Magazine en mayo de 1988.
No es difícil imaginar a los Bradford reunidos todos los viernes a las 5 de la tarde en un bar tomando unas cervezas con melancolía leyendo el recorte de la Sound Magazine, y gritando a capela, salpicados de espuma Skin Storm.
“Delight
See our faces are both shining
And I’ve never felt so wanted
Than when you cling with arms and legs

I tremble
You crush my burning lips like ashes
With so much skin to travel over
While my head spins (and you knew it would)
And oh, what a storm!
And oh, what a storm!
We shelter in our skin storm

 
 

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