Representa una de las atracciones turísticas de mayor prestigio. Su escenario lleva más de 150 mil eventos realizados, con un diseño y una historia que toman vida en cada presentación.
Representa una de las atracciones turísticas de mayor prestigio. Su escenario lleva más de 150 mil eventos realizados, con un diseño y una historia que toman vida en cada presentación. Por Carlos Sederino.
Luego de un recital o evento, los aplausos suelen ser el coro más buscado por las bandas. Muchas veces por el clímax del momento, y otras, por el ambiente o entorno. El Royal Albert Hall justifica la teoría y práctica antes de la hipnosis, más allá de cualquier grupo o artista.
En este corolario, Londres tiene mucho que agradecer a la reina Victoria y al príncipe Alberto. Las razones se encuentran en Albertopolis, una verdadera colonización para instituciones nacionales destinadas a conectar las artes y las ciencias a la gente, ubicada en South Kensington, en el municipio de Kensington y Chelsea. Es un lugar de emoción en ambas direcciones, para quién luce arriba y para el simple espectador que luego pasa a ser privilegiado.
Pequeña gran inspiración
Febrero de 2010, Long Beach, California. Un inquieto David Byrne, ahora en rol de motivador, comparte un simple y gran concepto durante su conferencia abierta en el ciclo de las TED talks titulada “Cómo la arquitectura ayudó a la evolución de la música”. Mientras su carrera musical se desarrollaba, Byrne pasó de improvisar en CBGB, a lucirse en Carnegie Hall, la majestuosa sala de conciertos de Manhattan, Nueva York. Y siempre se preguntaba: ¿Es el lugar el que hace a la música? Desde los tambores que se tocan en las calles, pasando por las óperas de Verdi y deteniéndose en el rock, exploraba cómo el contexto arquitectónico ha impulsado toda innovación musical. Así, expuso la relación existente entre la música y los espacios en los que se crea, repasando una evolución a lo largo de la historia donde la arquitectura y los medios tecnológicos han influido de forma directa a la hora de buscar nuevos movimientos, estilos y presentar obras.
Este link nos permite trasladarnos a la ciudad de Westminster. Dicen que uno de los teatros más emblemáticos del mundo y de las construcciones más distintivas de Gran Bretaña, es sin dudas, el Hall. A mover partituras y recordar los mejores aplausos entonces.
Más que escenarios, podios
Es un ambiente magnífico, caracterizado por su forma circular y abovedada, con un exterior construido en ladrillo rojo. Se ha vestido como sede de galas benéficas, entregas de premios, banquetes, conferencias, eventos públicos y hasta torneos de tenis. Allí se llevaron a cabo las graduaciones del Imperial College, se acogió al Festival de Eurovisión de 1968, emitido por primera vez en color. Por su escenario han pasado las principales celebridades del mundo de la música, desde el género clásico, las orquestas y todos los movimientos. Parte de la gloria musical como The Beatles, Led Zeppelin y Mick Jagger, así como Arctic Monkeys, Damon Albarn y Kasabian, se encargaron de marcar su terreno a fuerza de tracks memorables.
Las anécdotas también construyen
Entre los ingleses, el teatro es mucho más agradable y cariñosamente conocido como el “salón de la nación”, gracias sus variados programas. Y entre sus vecinos, es sabido que Eric Clapton vive a dos manzanas, y donde según parece, se mueve como en su casa. Sin ir tan lejos, en mayo de 2008 dió 11 conciertos consecutivos. Incluso, un cartel conmemora el hecho de haber dado más de 100 conciertos con entradas agotadas en todos.
En octubre de 2009, Morrissey tuvo un desmayo durante un recital dado en Swindon, Inglaterra. Se desplomó al piso después de cortar en seco su versión de This Charming Man. Fue hospitalizado por precaución y dado de alta a mitad de la semana. El Hall lo tuvo de regreso a los pocos días, luego de que la prensa y fans enfocaran su preocupación ante problemas respiratorios. Minutos después de caminar por los primeros aplausos expresó: “Qué mejor manera de volver a respirar que aquí, junto a todos ustedes”.
Durante marzo de 2010, The Who brilló en el teatro y para dicha velada preparó una sorpresa muy especial: la aparición de Eddie Vedder como invitado. Cantaron temas como The Punk & The Godfather, LROM,I’m The One y Sea And Sand. Al finalizar el último, compartió con el público: “Este teatro es como el vino con el que estamos brindando hoy: mientras más añejo, más eterno”.
Para algunas bandas es difícil expresar lo que se vive allí. Difícil de contar luego de horas de entrega. El inigualable entorno se convirtió en una máquina del tiempo para trasladar a sus asistentes a diferentes lugares espacio-temporales donde los protagonistas quedan agradecidos. En cada momento, los estados de ánimo y climas adquieren formas distintas para que la acústica nos regale eventos antológicos. Gigantes como The Cure, Bruce Springsteen & The E Street Band y Led Zeppelin confiesan que el hecho de poder lucirse allí es más gratificante que entrar en el Rock & Roll Hall of Fame.
No es obligación aplaudir al final de la nota. El eco de los primeros elogios se escucha desde hace más de 140 años y la posibilidad de comprobarlo en vivo justificará mejor el acto.
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