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The Whitest Boy Alive y la fiesta absoluta

La banda alemana volvió a los escenarios y lo hizo en Sudamérica. Luego de tocar en Chile pisaron suelo argentino y demostraron por qué tienen tanto prestigio.

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Nacho Sánchez - Cortesía de Ciudad Cultural Konex

Cuando una banda que te gusta se separa las preguntas empiezan a surgir:  ¿Volverán a juntarse?¿Cuándo? ¿Podré ver algún recital de la banda alguna vez? ¿Volverán con cambios en la formación? Etc.

Luego de dos discazos, Dreams (2006) y Rules (2009), los muchachos de The Whitest Boy Alive decidieron seguir cada uno su camino. Habían comenzado a cranear un tercer disco, pero algunas diferencias estéticas les hicieron pensar que lo mejor era tomarse vacaciones por tiempo indeterminado. Pasaron cinco años desde ese momento. Y de golpe desde Facebook anunciaron que estaban ensayando en el patio de la casa del cantante. Ahí aparecieron otras preguntas: ¿Harán una gira?¿Sacarán finalmente un tercer disco? ¿Vendrán?

Vinieron con la formación de siempre y pudimos disfrutar de su música en vivo. Para toda la gente que colmó Ciudad Cultural Konex fue un sueño cumplido. Una noche ideal, primavera, 20 grados, al aire libre ¿Qué más? Erlend Øye es el noruego con más onda del mundo. Comanda la banda con su voz y su guitarra mientras con los alemanes Marcin Oz (bajo), Sebastian Maschat (batería) y Daniel Nentwig (Rhodes y piano Crumar) dan forma, vuelo y vida a esta banda increíble. Comenzaron en 2003 en Berlín como un proyecto de música dance electrónica, pero rápidamente decidieron que para presentarse en vivo lo harían con instrumentos. Todo tocado. Música electrónica tocada de verdad. Y llegaron a un sonido indie, personal, único que ya es su marca registrada.

Indios fue la banda encargada de abrir el show, con algunos de sus hits y las canciones de «Besos en la espalda», su nuevo disco. A las 20:30, tal cual estaba pactado, The Whitest Boy Alive copó el escenario con «Timebomb» y manteniendo el sonido lo pegaron con «Golden Cage». De movida fue todo fiesta y el público así lo hizo notar. Los coros, las palmas a tempo, la onda, el baile. La sensación de bienestar que genera un show de  esta banda es maravillosa. En apenas dos temas ya te hacen olvidar de cualquier problema, para sumirte en un viaje de sensaciones bellas y positivas. Claramente son cuatro capos del groove en el escenario.

«Courage» fue la tercera canción y no sólo mantuvo el baile, lo subió desde los primeros sonidos. Island fue otra muy celebrada y bailada, en trance, por toda la gente. Altísima fiesta en el Konex. Luego Erlend agradeció a Indios por abrir la noche y anunciaron su show en Córdoba. «Intentions» llegaría para tener un instante de relax supercool. En un momento el cantante pidió de muy buen modo que cierren los cortinados de la entrada, a la derecha del escenario, ya que esa zona estaba muy iluminada y «siento que estoy tocando en el corredor», bromeó el noruego. Cumplieron con su pedido y todo siguió como venía.

«1517» fue un delirio. Tal vez la canción más esperada de la noche. Todo el mundo bailando y celebrando. Hubo tiempo para un cover, «Show Me Love», de Robin S. Estos recitales lo que tienen de cool lo tienen también de sanguíneo, porque la banda transmite eso. «Olé, olé, olé, Whitest, Whitest» fue uno de los cantos tribuneros que emergieron del público durante la velada. Dejaron el escenario pero tuvieron que volver a pedido del público.

 

Y en los bises pudimos disfrutar de una perla, «Bad Conscience», canción que no está en ninguno de sus trabajos y sólo la tocan en vivo. Intentaron dejar el escenario pero la gente fue más fuerte. «High On The Hills» fue la última y, por supuesto, nos quedamos con ganas de más. Tal vez porque fue poco más de una hora de show. Y porque cuando uno la pasa bien el tiempo vuela. Así voló una noche de puro placer musical y sonoro, baile, unión, alegría y festejo. Un noruego y tres alemanes que decidieron volver y hacerlo en Sudamérica. A nosotrxs nos gusta disfrutar de su música. Y a ellos les encanta disfrutarla con nosotros.

¿El futuro? Por ahora Erlend Øye anunció que tiene planes de grabar material solista y que ya está trabajando en lo nuevo de Kings Of Convenience, otra de sus bandas. Por lo tanto, lo de este jueves en el Konex fue un regalo de la vida. Y qué buen regalo!

Fotos de Nacho Sánchez – Cortesía de Ciudad Cultural Konex

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