Queens of the Stone Age cumplió y fue la banda soporte ideal para la ceremonia de un Dave Grohl comodísimo en Liniers.
Cuando Foo Fighters anuncio que no sería parte de LollaPalooza Argentina y que se presentaría a solas junto con Queens of the Stone Age, los fans opinaron que no se les pudo ocurrir una mejor idea. Con entradas agotadas colmaron el pasado miércoles el estadio de Vélez Sarfield, algunos desde el día anterior.
La noche comenzó con Queens of the Stone Age y sus intensos momentos de pogo que fueron haciendo entrar en calor al publico. Pese a que la gran mayoría de los presentes fue para ver a Foo Fighters, aún así celebraban la presencia de Josh Homme y los suyos, quienes cumplieron con un setlist conformado por canciones de su último disco, Villains, y no faltaron los clásicos de la banda como The Way You Use to Do y The Evil Has Landed. Aunque los momentos de pogo más intenso fueron durante Burn of the Witch y In My Head. Para el final dejaron a Go with the Flow y A Song of the Dead, para enloquecer al público y prepararlos para lo que se venía.
Foto: Jimena Savelli
Sin hacerse desear demasiado y cumpliendo con los horarios acordados, el momento que todos esperaban llegó:
Dave Grohl sale al escenario y el publico exaltado lo recibe a los saltos mientras empezaban a sonar los primeros acordes de
Run. La empatía que se generó entre la banda y el público fue lo más destacado de la noche “
Dementes”, “
ruidos”, “
locos”; eran las palabras que Grohl repetía una y otra vez para describir a la audiencia argentina. “
Si este fuera el primer concierto de la gira los demás hubieran sido demasiado silenciosos”, expresó el cantante y guitarrista.
La lista de temas fue muy sorpresiva en cuanto a que solo tocaron cuatro canciones de
Concret and Gold (último disco de la banda), cuya canción más cantada y sentida por los fanáticos fue
Sky is the Neighbourhood, que tuvo el acompañamiento de un coro femenino. El resto de los temas fue una mezcla de los clásicos de siempre como:
Learn to Fly, All My Life, The Pretender, etc.
Foto: Jimena Savelli
Además el concierto contó con momentos muy graciosos, como la conversación entre la guitarra de Grohl y la batería de Taylor Hawkings durante
Rope, este último también tocó un solo de batería elevado tres metros sobre una plataforma en el aire; y la divertida forma en la que cada músico se presentó, ya que consistió en que cada uno de los integrantes iniciaba desde su instrumento un cover (los cuales incluían canciones de temas de
Alice Cooper,
Queen, los
Ramones y el ritmo
de Imagine con la letra de
Jump de
Van Halen), aunque seguramente le momento más emotivo de esta parte del show fue cuando
Taylor Hawkings canto Under Pressure (Queen y David Bowie), porque luego de 25 años tuvo a Dave Grohl sentado en la batería.
Durante
My Hero, el público se sentaba durante el inicio, para explotar y generar un increíble pogo durante el estribillo, lo cual se
repitió These Days y Walk. “
Foo Fighters es un sentimiento no puedo parar”, repetía el público, los cuales eran atentamente escuchados por Grohl, quien también antes de cada temas se tomaba el tiempo para decirle a los fanáticos lo locos que estaban y lo ruidosos que eran siempre acompañados de un “
fuck”.
Las últimas canciones fueron:
Monkey Wrench, Times Like These, Generator, Big Me, Best of You, las cuales hicieron explotar totalmente al público. Pero cuando la banda se retiró, estos querían más, en ese momento se generó una divertida negociación entre los fanáticos y Dave Grohl (con Hawkings como mediador) acerca de cuanto temas más iban a tocar, la cual finalmente concluyó en que tocarían tres canciones más.
Dirty Water, This is a Call y Ever Long fueron las elegidas para darle cierre a casi tres horas de conciertos y terminar de quebrar al público. “
No me gusta decir adiós por eso no lo diré porque se que nos volveremos a ver”, fueron las palabras con las que el protagonista indiscutido de la noche se retiró de Vélez.