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La Cordillera, nuestra House of Cards

Llevar el mundo de la política a la ficción ya no es novedad y que Ricardo Darín es el actor argentino preferido a nivel mundial, tampoco. Sin embargo La Cordillera, el film que une estos dos factores, propone debate y un nuevo enfoque.

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Llevar el mundo de la política a la ficción ya no es novedad y que Ricardo Darín es el actor argentino preferido a nivel mundial, tampoco. Sin embargo La Cordillera, el film que une estos dos factores, propone debate y un nuevo enfoque.
Quienes vivimos en Argentina sabemos que no existe director que pueda plasmar en tiempo real los inesperados acontecimientos políticos, que el espectador perdió la capacidad de asombro y que los distintos puntos de vista ampliarían esa famosa grieta que el cine se niega a tener. Santiago Mitre tiene esto muy claro y se tomó unos dos años para narrar un thriller político atemporal que nos permite adentrarnos en la vida privada de cualquier presidente.
Así nace su tercer film, La cordillera, que a diferencia de sus trabajos anteriores, también cercanos a la política, Mitre esta vez realizó una coproducción entre Argentina, España y Francia que le permitió contar con una suma multimillonaria para llevarla a cabo, además del apoyo y distribución de Warner Bros. Esto le dio acceso a montar partes de un hotel en la cima de La cordillera de los Andes, tener una calidad de producción inmejorable y contar con un elenco de lujo, encabezado por Ricardo Darín, el presidente argentino.
Ricardo interpreta a Hernán Blanco, un mandatario novato que asistirá a una cumbre donde se definirán las alianzas geopolíticas y las estrategias para llevar a cabo la producción de petróleo. Durante la estadía sus colegas intentaran manipularlo subestimando su experiencia y a su vez, su hija (Dolores Fonzi) le acercará sus secretos más turbios provocando alta tensión en la montaña que el presidente deberá resolver rápidamente.
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La calidad, el poder como protagonista y la personalidad de este presidente nos remiten a House of Cards, la exitosa serie de Netflix que también nos supo transportar de una manera profesional a la intimidad y la manipulación de un mandatario.
La Cordillera es un thriller muy inteligente donde el protagonista, así como el despiadado Frank Underwood, tiene su propio plan y sus propios recursos para demostrar a sus colegas que cuenta con más lucidez de la que aparenta.  Si bien los perfiles y las herramientas de estos líderes tienen diferencias, en este género que las une se analiza en profundidad la personalidad de los personajes y ahí es donde coinciden.
El hombre común que interpreta Darín podría ser el ambicioso y egoísta Frank pero con la inteligencia suficiente para no demostrarlo. «No somos nada más ni nada menos que lo que escogemos revelar de nosotros», decía el inolvidable personaje de Kevin Spacey; después de ver esta película entenderemos que también podría haber salido de la boca de Hernán Blanco.
La cordillera se estrena hoy y es apta para todo tipo de ciudadano, no tiene baches, las actuaciones son impecables, propone polémica y, si bien no se puede hablar de política en la mesa, es una buena excusa para aprovechar que de cine sí. Todavía.

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