Ricardo Darín: “Una de las pocas libertades que nos quedan como espectadores es hacer nuestras propias interpretaciones”

Este jueves se estrena La Cordillera, la nueva película de Santiago Mitre en la que Ricardo Darín interpreta a un presidente de la República Argentina que pareciera ser el candidato perfecto para el pueblo.
Este drama político tiene como protagonista a Hernán Blanco (Darín), un presidente que llegó a su puesto con el disfraz de hombre común, enfrentándose en una cumbre presidencial en Los Andes con otros colegas de la región. En plena cumbre se harán presentes el pasado familiar y la ambición para desatar una crisis en la que este hombre del pueblo deberá tomar la mejor decisión.
Este film sobre la intimidad de un presidente fue ovacionado por la crítica en el Festival de Cannes y en la primera presentación en nuestro país. Antes de su estreno, Ricardo Darín y Santiago Mitre contaron en conferencia de prensa detalles de este trabajo que pareciera aparecer en un contexto político muy particular para la Argentina.
Como ciudadanos, ¿Creen que se pueden justificar las decisiones del presidente Hernán Blanco?
Ricardo: Yo soy de los que creen que la responsabilidad está puesta en el rol porque abarca muchísima más gente. Es muy difícil medirlo en términos razonables, no existe comparación posible. Quizás el presidente Blanco se apoya en ese dilema, en cómo lidiar con ambas cosas al mismo tiempo y en lo que ocurría en su cabeza para intentar salir de ambas situaciones de la forma más beneficiosa posible. Pero creo que lo más difícil es intentar comprender lo que le pasa al otro. Nosotros no estamos acostumbrados a medir en términos humanos y personales las actitudes de los funcionarios y tampoco tenemos porqué hacerlo. Pero si a veces tuviéramos la posibilidad de espiar por una rendija una tragedia que está viviendo alguno de forma personal tal vez entenderíamos un poco más lo que pasa, ya que los ciudadanos comunes no tenemos acceso a ese tipo de mirada.
 La producción parece haber llevado mucho tiempo, ¿qué proceso tuvo y cuánto tiempo llevó el guion? 
Santiago: El proceso del guion no lo puedo medir porque desde que me surgió la idea hasta que tuvimos la primera versión habrá pasado un año o dos. A su vez era un guion muy complejo por los motivos evidentes, es una cumbre de presidentes en el medio de la cordillera, en un hotel tan particular y con actores que venían de todos los países de la región. Era un desafío importante e interesante de producción, asique trabajamos con mucha seriedad y esfuerzo como para que la película reflejase con verdad y con potencia lo que el guion había plasmado.
¿Qué se siente interpretar a un presidente en el contexto actual que está atravesando nuestro país?
Ricardo: Santiago contaba que antes de planear la película ya estaban charlando el concepto y después tuvieron un año de preparación, imagínate la cantidad de tiempo anterior a este actual proceso. A veces pasa por esta yuxtaposición de tiempos y de etapas que parece que algo fuese oportunista. Es decir, que aparezca La Cordillera en este momento da la sensación de que viniera a hablar de nuestro momento actual, pero en realidad es mucho más amplio que eso, es una historia de ficción que depende en que momento salga a la luz puede ser interpretado de distintas formas, pero nuestra intención siempre fue contar una historia de ficción. Además la situación de Argentina cambia todo el tiempo y llegarías tarde con cualquier película (risas).

Ante la situación del país y con esta experiencia de crear a un presidente, ¿qué propondrías como mandatario? 
Ricardo: Básicamente, propondría toda la transparencia posible, un gran esfuerzo de una mirada hacia adentro, buscar el gen que los llevó a intentar fijarse solamente en el bien común.
¿Te inspiraste en algún personaje concreto de la política actual para interpretar a tu personaje?
Ricardo: Estuvimos especialmente atentos a que no tuviera anclaje en personajes fácilmente reconocibles y que esté al alcance de nuestras manos. Lo que es totalmente imposible es inhabilitar al espectador a que haga sus propias interpretaciones, y afortunadamente eso ocurre porque es una de las pocas libertades que nos quedan como espectadores. Pero siempre estuvimos muy enfocados en que no se parezca a nadie, tuvimos situaciones en la que veíamos alguna toma u otra y cambiábamos pequeñas cosas justamente para no buscar ese tipo de relaciones.
 Santiago, ¿cuál fue el disparador que te motivó a tratar ésta temática?  
El disparador fue trabajar en torno a una cumbre de presidentes, ver todo lo que sucede detrás de ese encuentro. Como se construye el poder dentro de un proyecto de unidad regional era algo que me interesaba como espacio para ambientar una película. Luego, contraponer esa gran política con la política en su mínima expresión, como un vínculo familiar o la intimidad de un presidente como si pudiese encontrar dos fuerzas de choque y entre un personaje dividido entre sus ambiciones, y por otro lado el modo en el que se enfrenta a la relación con su hija.
¿Ya tenías pensado los actores para cada personaje?
Santiago: En el caso de Ricardo pensé en él antes de tener la idea de la película. Cuando surgió hacer una película acerca de un presidente, que era algo que me resultaba novedoso no sólo para mí sino también para el cine argentino, era Ricardo. Era un actor con el que quería trabajar y que me parecía que podía darle perfecto la imagen de presidente y en base a eso poder ir desarmándolo y poder mostrar zonas ocultas. Estoy orgulloso y agradecido de los actores que nos acompañaron en este proyecto, de la entrega y la calidad de trabajo de cada uno. 
Además de Ricardo, la película que se estrena este jueves cuenta con destacadas actuaciones de Érica Rivas, Dolores Fonzi,  Gerardo Romano, Paulina García, Alfredo Castro y Christian Slater, entre otros.

[post_view]