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Entrevistas

Gilbert Vierich de los Crystal Fighters: “Son tiempos tristes para la música en Londres”

El guitarrista de la banda inglesa que acaba de lanzar su tercer álbum de estudio habló con RockEnOn sobre el proceso de composición y el drástico cambio cultural que se vive una de las capitales del mundo.

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Everything Is My Family, el nuevo disco de los ingleses Crystal Fighters, comienza con “Simplecito”, un discurso en español: “Abre las mentes, abre el espíritu, abre el alma”, dice un hombre en un castellano caribeño. El audio fue capturado por Sebastian Pringle, el cantante de la banda, durante una ceremonia tradicional en Costa Rica. Y para el guitarrista Gilbert Vierich, al igual que para el resto de la banda, las palabras encajan perfectamente en el concepto del disco: “Estamos todos conectados, todos somos familia”, explica a RockEnOn desde su Londres natal y agrega: “Además amamos el idioma español”.
Los Crystal Fighters lanzaron su primer ábum, Star of Love, en 2010. Y tres años más tarde, con Cave Rave, entregaron un par de hits memorables llamados «You & I» y “LA Calling”. El nombre de la banda y su sonido característico, esa mezcla de pista de baile y fiesta tradicional, provienen de las raíces vascas de algunos de sus integrantes. No sólo hay ritmos vascos, también hay instrumentos como la txalaparta, un instrumento de percusión hecho a base de madera típico de la región vasca de España, que el propio Vierich utiliza en el estudio y en los conciertos de la banda.
Pero para grabar Everything Is My Family, los Crystal Fighters decidieron ir más allá de las fronteras europeas. “Viajamos a Australia, Asia, Norteamérica, Sudamérica… Hacía tres años que no grabábamos nada, veníamos escribiendo mucho en diferentes lugares del mundo, dejándonos influenciar por otras culturas, por otros sonidos. Algunas canciones fueron escritas en un país y luego grabadas en otro, fue una experiencia muy inspiradora”.

—¿Te gusta el nuevo disco?
—Lo amo. Estoy muy orgulloso y creo que es lo mejor que hicimos. Intentamos hacer cosas nuevas, cosas que nunca habíamos hecho y creo que es nuestro mejor álbum. Suena diferente, definitivamente.
—A juzgar por los adelantos parecía que Everything Is My Family iba a ser un disco para bailar. Pero sin embargo aparecieron canciones como «The Moondog” y el panorama cambió. ¿Cómo fue el trabajo en el estudio?
—Queríamos seguir desarrollando nuestras ideas, nuestro sonido. Esta vez estuvimos más inspirados que nunca y «The Moondog» es una canción que lo demuestra. Se nota que estamos intentando hacer un sonido nuevo, otro viaje, sorprender a la gente con algo diferente. Es como un himno en forma de balada rock. Para nosotros es muy divertido hacer cosas nuevas, nos encanta.
—¿Ya se imaginan cuál va a ser el hit del álbum?
—Creo que el primer single, «All Night», es el indicado. Y le está yendo bastante bien. La gente lo está disfrutando mucho, lo pasan en radios de todo el mundo. El último single, «Good Girls», también es muy divertido. Es una canción que puede tener muchos significados. «Yellow Sun» es otra que podría ser un hit pero esperamos que la gente escuche todo el disco y disfrute de la experiencia musical completa.

—¿Qué signica el título del disco, Everything Is My Family?
—En los últimos años conocimos muchos lugares maravillosos alrededor del mundo. Estuvimos en la naturaleza, metidos en la selva… y eso nos hizo pensar mucho. En este planeta hay mucho más que sólo seres humanos y no sólo la gente es parte de nuestra familia. También deben serlo los árboles, los animales, las plantas, las calles, todo. Estamos todos juntos en el planeta Tierra. Queremos compartir ese mensaje a través de nuestra música, queremos que se sientan conectados con todo lo demás, tal como nos pasa a nosotros.
—¿Cómo está la escena musical en Londres a casi una década de sus primeros conciertos?
—Cuando empezamos había una gran escena en Londres. Tocamos en todos los lugares que había que tocar, y varias veces. Había grandes noches indie, grandes noches de rock and roll, pasaba de todo en esta ciudad. Pero ahora parece que la cosa está cambiando. Hay cada vez más personas viviendo en Londres, todo está más caótico y se busca otra cosa. Lugares como “Fabric” tuvieron que cerrar sus puertas… ya no hay más noches indie, ahora hay noches de diversión. La gente está escuchando otra música gracias a la expansión de Internet y en los últimos cinco años la escena indie local se empezó a hacer cada vez más chica. Si me preguntás a mí, no me gusta la dirección que está tomando esto. Están cerrando muchos lugares. En estos momentos hay una gran movilización social para salvar a nuestra cultura, está pasando en todo el mundo. En Sidney, Australia, por ejemplo, se aprobaron nuevas leyes (los bares y clubes nocturnos solo pueden vender alcohol hasta las 3 AM) que obligan a cerrar muchos lugares nocturnos. Son tiempos tristes para la música en Londres… y en todos lados.  Por suerte tenemos nuestra manera de enviar el mensaje: si queremos que siga habiendo música necesitamos que sigan existiendo los artistas.
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