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Lecturas Obligadas

Alfred Hitchcock, el maestro del suspenso

El director inglés que aún da cátedra de cómo se debe hacer cine.

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El cine como lo conocemos hoy en día es resultado de años de grandes películas y directores que sentaron las bases de cómo hacer de una obra cinematográfica, una obra de arte. Directores como Alfred Hitchcock, considerado por muchos como uno de los pioneros del cine, nunca fueron reconocidos por la Academia, a pesar de su larga trayectoria. Esto nunca fue un problema ya que sus películas supieron influir en sus espectadores de tal manera que directores actuales, como Guillermo del Toro y Martin Scorsese, lo han tomado de ejemplo desde sus inicios en el séptimo arte. Todo lo que engloba su concepto de “pure cinema” y su forma de transmitir terror le dieron el aún vigente título de “maestro del suspenso”.
Sir. Alfred Joseph Hitchcock nació el 13 de agosto de 1899 en Essex, Reino Unido y murió el 29 de abril de 1980 en California, Estados Unidos. Varios críticos de lo denominaron  “un inglés de clase media trabajadora que tenía un genio artístico” y esto puede confirmarse a los 15 minutos de empezar a ver cualquiera de sus películas. El factor determinante de toda su carrera cinematográfica es haberla comenzado en el cine mudo de los años 20, donde tuvo que aprender a desarrollar narrativas visuales para comunicar. Si bien su debut como director se dio con “The Pleasure Garden” (1925), trabajó desde 1922 con el director Graham Cutts como asistente de dirección, escritor, editor y en el diseño de producción para la película “White Shadow” (1923). Pero quizás uno de sus mayores logros se dio recién en 1929, cuando lanzó la primera película hablada del Reino Unido “Blackmail”. Desde este momento hasta 1976, Hitchcock comenzaría un camino de 40 años y más de 50 grandes obras en las que podemos destacar “Psycho” (1960), “Vertigo” (1958), “Rebbecca” (1940) o “Rear Window” (1954).

Para entenderlo es necesario partir desde sus inicios en el cine mudo y la relación que esto tiene con su concepto de “pure cinema”. Para él puro cine es poder comunicar las emociones de sus personajes únicamente a través de la utilización de medios visuales. Algo extremadamente importante cuando el diálogo es inexistente. Esto hace que exista esa teoría que indica que Hitchcock nunca dejó de ser director de películas mudas, aun cuando estas fueran habladas. Es posible ver cualquiera de sus obras sin sonido y poder entenderlas.
Para lograr una eficiente comunicación por medio de imágenes se tuvo que valer de varias herramientas como los puntos de vista para hacer que el espectador vea y sienta lo mismo que sus personajes, y una amplia variedad de planos fotográficos. Sin embargo, la más importante fue el ensamblaje de los planos para crear una idea. Esto último fue lo que le concedió otro título más: “el maestro del montaje”. Sus películas toman forma al ser editadas, ya que junta los fragmentos para dar ese sentimiento de horror, sorpresa o constante suspenso. La música es también, uno de los recursos mas importantes ya que no sirven como un fondo, sino mas bien acompañan el miedo de sus personajes a través de las tomas.

Una de las escenas más famosas de la historia es la del asesinato en la ducha de “Psycho” (1960). La misma es una secuencia sin diálogo, con una música (que todos recordamos muy bien) y fotogramas ensamblados perfecta y minuciosamente creando un sentimiento de miedo que culmina con un primer plano de Janet Leigh gritando mientras Anthony Perkins la apuñala. Esta, aparte de ser la escena más importante del cine, es la que más refleja la cinematografía de Alfred Hitchcock. Y con diálogo quizás no hubiese sido tan buena. En fin, el mismo decía que las películas mudas son la forma mas pura del cine”.

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