El 11 de agosto de 1959 nacía en Buenos Aires, Argentina, Gustavo Cerati. Si con Soda Stereo le demostró a América Latina que en su suelo hay ADN rockero, la faceta en solitario llegó para afirmar que su nombre quedaría grabado a fuego en la historia de la música. Festejamos este aniversario con una playlist que destaca un tema de cada uno de sus álbumes en esta segunda etapa de su carrera:
Av. Alcorta
Amor amarillo supo definirse, desde siempre, como la obra más íntima de Gustavo. Su debut solista -todavía al mando de Soda Stereo- asomó la cabeza allá por noviembre de 1993. Fue el fruto de una grabación casera con sede en Santiago de Chile, ciudad en la que estaba instalado junto a Cecilia Amenábar a la espera del nacimiento de Benito, su primer hijo. Aquel cancionero condensa, a la perfección, esa porción de su biografía. Por su parte, el track N°6 evidencia la tensión originada por los días que los encontraban en geografías separadas. Cerati le dio vida a este sentimiento haciendo mutar en letra y música a una locación muy especial: la avenida porteña que contemplaba desde su departamento, el que fue tanto vivienda como laboratorio creativo durante esa década y que se contraponía a Providencia, comuna chilena en la que lo esperaba su esposa. El single fue una elección obligada en los setlists de las presentaciones que el rockstar brindó en Av. Alcorta y Pampa, tanto en 2007 como en 2010.
Engaña
Bocanada llegaría en junio de 1999. El LP que oficializó el camino individual de Gustavo ya por fuera del trío que lo vio nacer, guarda los ecos de su cotidianidad como padre de familia. Registrado en el mítico estudio hogareño Casa Submarina, la segunda pista vaticina la separación que ocurriría poco tiempo después. El video, rodado en una pintoresca casona, pone en imágenes un relato onírico en el que el músico es protagonista junto a dos enigmáticas mujeres. “Empieza bien y no hay retorno a aquel furor. Se rompe la canción, apenas duele” canta y grafica sensaciones que se envuelven en una de las más encantadoras y calmas melodías que ha firmado.
Sudestada
Con Siempre es hoy, su tercer álbum editado en noviembre de 2002, se descubriría la cara opuesta de aquel cuento romántico: el extenso repertorio -formado por diecisiete temas- refleja su reciente divorcio de Amenábar. Sumergido en este mood, Gustavo se dio el gusto de formalizar la relación con un antiguo amor: la electrónica. Sonidos herederos del pop, funk y hip hop completaron la identidad del material, cuya canción de cierre tiene en sus créditos a un invitado estelar. Tal como narra Leandro Fresco -parte de la banda en aquel entonces- en el documental que se estrenó para el 20° aniversario de la placa, en el estudio había un cartel que ordenaba: “Prohibido tocar el piano a menos que seas Charly García”. Un poco apelando al humor y otro poco como cumplimiento de este mandato, las virtuosas manos del ícono del rock nacional no tuvieron otra opción que dejar su inconfundible huella en esta joya y en Vivo, otros de los singles que se ha ganado el favoritismo de los fans.
Me quedo aquí
En abril de 2006, Gustavo volvía a levantar en alto la bandera del rock al ritmo de su cuarto disco, el arrasador Ahí vamos. El sencillo que corta a la mitad el repertorio conjuga sus dos pasiones: la música y la tecnología. Surgió como resultado del sampleo de varias canciones, ya que el artista se encontraba en un hotel sin su guitarra a cuestas y esa fue la alternativa que encontró para avanzar en la composición. Más tarde, en su estudio, volvería a tocar la melodía para terminar de pulir esta gema. Un sillón, un tapiz, una planta, dos parlantes y su viola fueron suficientes para inmortalizar el video en un plano secuencia que, luego, sería intervenido con animaciones digitales. El concepto surgió en el set de filmación de la producción audiovisual de Lago en el cielo por parte de su estilista y amigo, Oscar Fernández Roho. En el primer intento se llegó al resultado esperado, convirtiéndose en uno de los clips preferidos de Cerati. Y el título, sin dudas, se transformó en su pasaporte hacia la eternidad.
Magia
En septiembre de 2009, Gustavo publicó el aclamado Fuerza natural. Su quinto trabajo como solista sería, sin que él ni nadie lo supiera, aquel que pondría fin a su carrera de forma consagratoria. La necesidad de bajar la adrenalina de lo que fue la vuelta a los escenarios de Soda Stereo -dos años atrás- se conjugó con la madurez del arribo de sus cincuenta años, situación que lo llevó a fabricar una impecable colección de canciones. Con una fuerte presencia de guitarras acústicas y de mandolinas que transitan entre el rock y el folk, se reinventaba una vez más. Pero la innovación traspasaba lo estrictamente musical: la propuesta era realizar un disco conceptual. De esta manera, la idea recurrente de viaje se plasmó en tres ejes: en la lírica de los trece temas, en la forma en que estos fueron ordenados -como una suerte de secuencia narrativa- y en la estética de los videos. El track N°3 hace clara referencia a lo esotérico y lo cósmico, tópicos que atraviesan las letras y que en esta, en particular, resuenan en la línea que sentencia “Todo me sirve, nada se pierde, yo lo transformo. Sé, nunca falla, el universo está mi favor. Y es tan mágico”. El video nunca se dio a conocer. Sólo restaba que Cerati aprobara los últimos detalles para su divulgación cuando, el 15 de mayo de 2010, cayó en el estado de coma del cual nunca se despertó. Únicamente se compartieron algunas imágenes que revelan una continuidad con la historia planteada en los clips de Déjà vu y Rapto. En los dos casos, la protagonista es una misteriosa caja de madera de la cual asoman unos rayos de luz por agujeros en sus costados y que Gustavo buscaba proteger. ¿Sería portadora de la mismísima fuerza natural? Quizás la respuesta se muestre, algún día, en esta producción.
“Siempre habrá una cura, una nueva flor”, cantaba Gustavo en Tu medicina, otra de las bellezas contenidas en Amor amarillo, sentenciando su misión: que el entrelazamiento entre acordes y palabras sean vehículo de esperanza y de evolución.
