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Woody Shaw: Los márgenes opuestos de la noche

Hay músicos a los cuales le sobran los años para dejar un legado artístico único e inolvidable, ponderando así, un estilo irrepetible cargado de bellos matices musicales.

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Por otro lado, uno lamenta los pocos años vividos por esos grandes artistas que marcaron la historia del arte, en este caso de la música de jazz; y se pregunta: ¿Qué habría sido de su música si hubiera seguido ejecutando ese instrumento sagrado lleno de magia musical? ¿Qué sería del jazz y de la noche de quien lo escucha absorbido por el silencio más recóndito intentando descifrar la voz expresiva de ese instrumento?
La respuesta puede variar según la mirada de cada oyente hacia esa música enigmática, según su estado de ánimo, según el sentimiento que la noche esconde por detrás del sonido de la música como única compañía en la inmensidad de ese silencio: el de permanecer estático dejándose llevar solo por los sonidos que perduran en el aire.
Y ese sonido que perdura en el aire fue el que desarrolló Woody Shaw como su emblema musical, como diáspora del jazz.

Woody Shaw nació el 24 de diciembre de 1944 en Laurinburg, EEUU y falleció el 10 de mayo de 1989 a los 44 años de edad en New York.
Durante sus últimos años le había sido diagnosticada una enfermedad incurable en los ojos que le estaba haciendo perder progresivamente la visión, lo que le dificultaba su carrera profesional. El 27 de febrero de 1989, en circunstancias poco claras, Woody sufrió un accidente en el metro de Brooklyn, lo que le ocasionó importantes daños en su brazo izquierdo. El 10 de 1989, después de diversas complicaciones de salud, fallece por problemas de riñón.
Woody pasó su infancia en Newark, New Jersey donde comenzó a tocar la corneta sin pistones a los 9 años. Dos años más tarde, por pura casualidad, adopta su instrumento definitivo, tomando clases de trompeta con Jerome Ziering: un profesor a quien Woody le atribuye una gran influencia en su desarrollo como músico. Shaw tenía oído absoluto y por dicho don fue que lo inscribieron dos cursos por delante del que le correspondía por su edad en el Arts High School, institución a la cual habían asistido otros grandes del jazz como Wayne Shorter, Sarah Vaughan y Larry Young.

Las primeras  influencias musicales de Shaw fueron Louis Amstrong, Fats Navarro, Miles Davis, Kenny Dorhman, Freddie Hubbard, Lee Morgan y sobre todo Dizzy Gillespie, con quien el padre de Woody ―cantante de góspel― había asistido a la High School.
Es infinita la lista de músicos con los cuales tocó Woody Shaw para acrecentar una carrera inolvidable a pesar de su temprana muerte. En 1977, influenciado por la música modal de Coltrane y el hard boop de corte más clásico, lidera varios grupos bajo su nombre; y en 1978, firma con Columbia Records para editar una serie de álbumes que hoy son clásicos del género.
Entre las filas de su formación estaban Clint Houston (bajo), Victor Lewis (batería), Onaje Allan Gumbs (piano), Joe Henderson (saxo tenor), Carter Jefferson (saxo tenor y saxo soprano), Gary Bartz (saxo alto), Curtis Fuller (trombón), entre otros.

La música de Woody se mueve a través de un espacio del tiempo donde el mínimo sonido tiene algo para decir y describe el énfasis musical que este trompetista de jazz ponderaba en su música como algo sagrado, como una manera de ir llenando con notas musicales los huecos que la noche deja para los melómanos de la música, para los que caminan atravesando el silencio en busca de un sueño. La música de Woody es como el jazz cuando caes entre sus manos: encantadora para esos erráticos oídos que solo saben vagar por los caminos amparados del viento.

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