Foto: Christian Pettinicchio
Antes que nada, ¿cómo estuvo el viaje con UltraBrit a Londres, Liverpool y Manchester?
Richard Coleman: Estuvo espectacular, divino. Fue una súper experiencia. La verdad es que la pasé bárbaro, me encantó el grupo humano, visitamos lugares increíbles de una manera que yo no estaba acostumbrado… pero lo más lindo fue la gente, el grupo que se armó fue increíble. Personas que a todos nos gusta la música desde diferentes lugares, desde el melómano hasta el músico, todos juntos visitando sitios icónicos. Fue muy lindo, un muy buen viaje y la verdad es que lo recomiendo.
Hablando de viajar, venís de México. Hiciste una gira, tocó también Audia Valdéz.
R.C.: Sí, sí, tocamos con Audia, bárbaro. Hice una gira de 15 días, fueron 7 shows. Una cosa maratónica, genial. La primera vez que voy con mi material propio a México. Me encontré con un público muy lindo, de mucha calidad y calidez. Y ya estoy planeando la vuelta para el año que viene, para que esto tenga cierta continuidad.
¿Cómo estás con las nominaciones para los Grammys Latinos? Mejor Disco: F.A.C.I.L. y Mejor Canción de Rock: Días Futuros. ¿Cómo te tiene eso?
R.C.: No te puedo decir que me tiene sin cuidado porque sería faltarle el respeto a un montón de gente (risas). Estoy pensando en otras cosas, pero estoy muy contento igual por esto, porque la nominación en sí misma es como un premio para toda la gente que laburó en el proyecto. La nominación es al álbum y a la canción, no es al artista. Para llegar a hacer el álbum hay involucrado un equipo de trabajo. Se va armando a partir de la gente que se suma cuando entiende y se pone la camiseta del proyecto que yo propongo. Entonces está buenísimo, es para compartirlo con ellos, viste? Con el productor, con los músicos, la gente de ingeniería de grabación, los del arte de tapa, la producción formal y ejecutiva del disco. Toda la gente que creyó que lo que estaba haciendo estaba bueno.
Se puso más funky la cosa en este disco, ¿no?
R.C.: (Dudando) Sí… más que funk es un funk falso no? (risas). Porque no es un funk muy negro, muy real. Tiene más que ver con el post punk, con lo que influyó para mí desde Talking Heads hasta Gang of Four, viene más por ese lado. Que ellos querían hacer algo como James Brown pero no les salía (risas). Entonces la influencia se va pasando y a nadie le sale como al original y eso está bueno. Para eso son las influencias. Era un poco un camino que a mí me pegó muy fuerte en cierta etapa de mi carrera y que lo dejé para dedicarme a otra cosa y me pareció que estaba bueno retomarlo, a ver qué podía pasar después de tanto tiempo. De hacer un rock, un poco, con otro tipo de color. Y la verdad es que me siento muy bien porque lo necesitaba. Era lo que necesitaba mi música y lo que necesitaba tocar con mi banda. Así que estamos bien, no sabemos qué será lo próximo. Por ahora estoy bien con esto.
Ya te disfrutamos con tu banda en el Personal Fest 2016 y ahora volvés a subirte a ese escenario. Vos hacés recitales acústicos solo. También los eléctricos con la banda. En el caso de un festival, ¿cuál es la diferencia? ¿Cómo lo vivís vos?
R.C.: Cada propuesta es diferente, siempre hay un desafío. Sea con mi banda en un teatro, o toque como solista con la acústica o en un festival, yo siempre trato de estar a la altura de las circunstancias. Trato de no forzar nada. Y el festival se trata de llamar la atención, de que la gente te perciba. Yo voy a ir para formar parte del contexto y para acompañar al gran bombardeo de multimedia (se tienta) que recibe la juventud hoy en día. Así que me halaga, me hace bien participar. Me preparo con un show corto, conciso, fuerte y con el nuevo sonido de mi banda que tiene más que ver con F.A.C.I.L.
