Seguinos en

Especiales

Vuelve Morrissey, ¿qué podemos esperar?

Publicado

el

Ya sabemos que Moz es capaz de cancelar un concierto suyo si venden hamburguesas. El veggie diva por antonomasia cuenta con una trayectoria tal en el mundo artístico musical que, vamos a estar todos de acuerdo, puede hacer lo que quiera.
Para fines de año estará aterrizando nuevamente en nuestro país y la memoria, que es desde selectiva hasta cruel, nos lleva a repasar qué hizo las veces que vino. Aquella primera vez en el año 2000 fue particularmente emocionante: finalmente la voz de los Smiths (lo que no es poco teniendo en cuenta que siempre fue Morrissey el equivalente a Frank Sinatra del mundo Brit pop) llegaba a la ciudad que tanto lo veneraba. Venía de Chile y seguía por Brasil en plena gira sudamericana. Terminó el show con Last Night I Dreamt That somebody Loved Me y el suelo del escenario del Luna Park regado de gladiolos, cómo olvidarlo. Había llevado yo en enorme ramo de flores para continuar con el folklore que se cumple en los shows del mancuniando desde la época de The Smiths donde el público arroja las flores en señal de homenaje, pero fue tan emocionante su Half a Person que le tiré todas las flores juntas y oh, las atajó para cantar la canción con el ramo abrazado a su pecho. Al finalizar el concierto supimos que la banda iría al Roxy, en esos tiempos ubicado en los arcos de los bosques de Palermo y hacia allá nos dirigimos. Estaba tocando Historia del Crimen, banda rockabilly emblemática con el precursor del género en nuestro país, Flavio Casanova en voz y guitarra. Cuando arribaron los músicos de Moz parecían tres versiones de Joe Strummer: elegantes, de negro, impecables jopos y tras vivar a los Historia… se les sumaron en el escenario y terminaron haciendo viejos himnos clásicos del rock’n’roll. (En mi memoria barroca hicieron un tema de The Clash pero no puedo garantizarlo.)
De las cuatro visitas a Argentina de Steven Patrick Morrissey, recordaremos cuando salió a escena al grito de “¡Buenas noches, Santiago!” (insertaremos risas porque es Moz pero hubo un leve abucheo, claro, más por la estúpida rivalidad argentino-chilena que por el error del cantante) o cuando hasta tarareó el estribillo de Morrissey, la canción de Leo García (“Morrisséy, Morrisséy, Morrisséééyyy”) quien, recordemos, había abierto el primer show del Luna. En el 2012 (ese año hizo una mini gira argentina paseando sus huesos por Rosario, Mendoza y Córdoba) en GEBA aulló: “Buenos Aires, I`m a star” y despojado de palabrerías e hipocresía -pocos tipos más frontales sin filtro, lo conocemos- destacó que salvo para el gobierno británico, todo el mundo sabe que las Malvinas son argentinas. También fue en aquella ocasión que pasó el tan mentado video sobre la tortura por la que pasan los animales en los mataderos y las condiciones de “vida” de los pobres bichos. Qué decir… que qué ganas te pueden quedar de comer carne después de eso.
.Aunque una cosa muy destacada de los vivos de Morrissey es su capacidad de, sin dejar en un segundo plano, sí imponer siempre su calidad de cantante solista y no de-un-ex-integrante-de-The Smiths: las canciones de Smiths suenan como parte de un repertorio que por igual destaca Meat is Murder (que no falta nunca) como Alma Matters, el tema que eriza los pelitos de la nuca de todo ser sensible que se precie. Porque si bien la banda que nos regaló lo mejor de la década del 80 tenía la cara de Morrissey y Johnny Marr. Moz ha sido la voz y la representación de su propia creación. Say no more.
En el 2015, cuando hizo otra vez el Luna y un Teatro Opera descargó su furia contra los políticos como ya estamos habituados y además coincidió con la toma de poder del actual presidente de nuestro país: “¿Les gusta este nuevo mandatario?” preguntó retóricamente no sin sarcasmo.
El 15 de diciembre está confirmada su presencia en el Movistar Arena de Santiago de Chile. Cruzamos dedos y prendemos velas para que continúe en nuestra tierra.
Ya saben: las hamburguesas se las comen después del concierto.

Ad Banner 300 x 250