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Volvieron Los Ratones: Ceremonia Paranoica en el Hipódromo

Los Ratones Paranoicos volvieron a los escenarios tras seis años de ausencia con un show memorable en el Hipódromo de Palermo.

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Los Ratones Paranoicos volvieron a los escenarios tras seis años de ausencia con un show memorable en el Hipódromo de Palermo.
Eran casi las 21hs del sábado 16 cuando la banda irrumpió con “Ceremonia En El Hall”. El público estalló y la noche recién empezaba, con más de 25.000 personas que llegaron de diferentes partes del país a disfrutar de una noche única e irrepetible. Para rubricar un comienzo potente y como la ocasión lo ameritaba, siguieron con “Sucia Estrella”, canción que alguna vez versionó Spinetta con Los Socios del Desierto. Juanse, dio la bienvenida, dijo que esta vuelta “fue por ustedes” y arremetió con los primeros acordes de “Sucio Gas”.
Claramente es una banda con historia que volvió para defender su legado y lo hicieron con soltura, potencia y mucho rockandroll. Con la formación original, Sarcófago en Guitarra, Roy en la batería y Pablo Memi en el bajo, durante casi tres horas pasearon a su público por un repertorio que no defraudó a nadie, con momentos muy efervescentes y otros más tranquilos. Los acompañaron Germán Wiedemer en teclados, Boconas (Flor Bocona, Adri Bocona y Gori) en coros y la sección de vientos a cargo de Marcelo Garófalo, Pablo Fortuna y Fabián Veglio.
Una puesta en escena impecable. El escenario contaba con pantallas a sus lados y en el fondo, al centro, el logo del ojo, rodeado por cuatro pantallas rectangulares, dos a cada lado, mostrando primeros planos de lo que pasaba en el escenario. La puesta se completaba con pasarelas laterales y una central hacia el público, además de estructuras concéntricas de luces, que al ver el escenario de frente daban la sensación de ojo de pez.

ratones-paranoicos-hipodromo-palermo-2017-01Fotos: Guillermo Alduncin

“Una Noche No Hace Mal”, “Ya Morí”, “Vicio” y seguía la lista plagada de clásicos, todos celebrados con fervor. “El Reflejo” llegó para bajar un poco y recobrar el aliento. Uno de los puntos altos del recital fue “Isabel” con la gente coreando el riff de guitarra característico de la canción. Juanse, Sarco y Pablo en la pasarela central y todo el groove de los vientos. Lo engancharon con “Carol”, otro clásico paranoico.
“Falta un montón todavía”, dijo Juanse y largaron con “La Nave”, en una extensa versión que incluyó un gran solo de Sarco. “Ya no puedo dejar mi banda de rockandroll” canta el líder y suena a toda una declaración del regreso. Sarco, además de tocar cada vez mejor, se hace cargo de la voz en “Vodka Doble”. La noche avanzaba con “Colocado voy”, “El Centauro” y “Rock del Pedazo”, con Juanse pidiendo luces para la gente.


Durante “Boogie”, Roy hace un solo de batería intenso y poderoso hasta que sus compañeros regresan al escenario a seguir rockeando con “Rock Del Gato”. La banda sonó todo el tiempo ajustada, con oficio, como amigos que vuelven a verse haciendo lo que más les gusta y mejor les sale.
La lista avanza, pasaron muchas canciones pero todavía quedaba mucho más. “Un amigo que desde la primera vez que casi nos disolvemos estuvo con nosotros. Tocó en las mejores bandas”, anuncia el cantante y el Zorrito Von Quintiero sube como invitado a jugar con las teclas. “La Calavera”, “Juana de Arco”, “Líder”, “Rainbow”, etc. La fiesta parecía no tener fin.

“Enlace” llegó para mostrar esa faceta punk que caracterizó el sonido de la banda en sus comienzos, aunque siempre fueron una banda de rockandroll. Juanse se arrodilla con su guitarra ante Sarco, se mueve por las pasarelas y finalmente hace lo que muchos se preguntaban si sucedería: se sube a la estructura tubular, trepando por los fierros y cantando desde arriba, de un lado y otro del escenario. Vuelve a la pasarela central y saluda: “Muchas gracias!”. Pero la noche sigue y todavía quedan canciones.
“No Llores”, “Sigue Girando”, el rockandroll furioso de “Cowboy” y la recientemente estrenada “Yo Te Amo”. Para el final, una emotiva versión de “Para Siempre”, con papeles dorados y plateados inundando el cielo y una letra que expresa un deseo que no es sólo de la banda sino de todo su público.
Casi tres horas que pasaron volando, como suele suceder cuando la situación es totalmente disfrutable. “Queda mucho rockandroll todavía”, había dicho Juanse durante el show. Ojalá sea así. Los Ratones Paranoicos volvieron con un show de nivel internacional. Es un momento ideal para que sigan girando.
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