Lollapalooza, el público se mezcla tanto como su line up.

Si bien, a veces es difícil diferenciar entre quienes van al festival por amor a su banda y quienes van por su tilde en asistencia y a mostrar su look, el line up del Lollapalooza 2017 tuvo variedad para todo gusto y edad.
La cuarta edición del festival en Argentina, vuelve a poner el sello en el rock, luego de haberse desviado de sus raíces en el Lollapalooza 2016 con una propuesta más tranquila encabezada por Eminem, Florence + the Machine, Jack U y Mumford & Sons. Esta vez con headliners como Metallica, The XX, The Weekend y The Strokes, el rock en sus versiones heavy metal y garage, tomaron los primeros lugares.
El día uno fue una batalla entre el pop/glam y el punk/metal constante, y se vio puramente reflejado en la moda de cada cual. Brillos y purpurina en la generación Z entremezclados con remeras negras de los adeptos de Metallica y Megadeth en la generación X e Y. Las edades partían desde los 16 años en los seguidores de The 1975, Vance Joy y Marshmello y llegaban a la tercera edad los fanáticos de Rancid y Metallica.

La segunda jornada fue el carnaval de los Millennials, con bandas indies como Two door cinema club, el clásico Duran Duran y los esperados The Strokes. El público de estas dos últimas, no solo pertenece a la generación de jóvenes actual sino también comparten cancha con la generación X, quienes vivieron a Duran Duran en su época dorada y recordaron momentos disco de su juventud durante el recital. De igual manera al viernes, siguieron los looks extravagantes en los adolescentes que eligieron artistas más electrónicos como Nervo, Martin Garrix o The Weeknd que tocaron en los escenarios Mainstage 2 y Perry’s. El sábado se vieron muchas remeras de Strokes, otras de Bowie por el homenaje de la banda liderada por Simon Le Bon y continuaban los adeptos a Metallica con sus remeras negras haciendo honor a lo ocurrido el día anterior.
Si bien todos los headliners explotaron de gente, el día 2 hubo una gran división en el público a las 22hs. The Strokes y Martin Garrix son dos nombres que traen un gran número de seguidores, pero de amplia diferencia en edad y estilo musical, por lo que no causó ningún problema para los espectadores a la hora de elegir rumbo, de lo contrario, fue mucho más organizado que se dividiese la multitud ambos escenarios.
Este Lollapalooza se vivió más lleno que nunca, con bandas muy esperadas que trajeron a fanáticos de todas partes del país y del mundo. La organización fue, una vez más, excelente; los problemas, inseguridad y violencia siguen quedando fuera del hipódromo. Sólo queda esperar que sigan las buenas bandas, que el rock lidere los line ups y que el festival, más que un show de moda, sea un paraíso para todos los melómanos que disfrutan año tras año de esta experiencia.
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