Puntaje: 8
Pocos comienzos de recitales serán recordados como el de The Strokes en el Lollapalooza 2017, con ese gesto humorístico al usar la versión cumbiera de “Reptilia”, hecha por Oscar Coronel. Sirvió para romper el hielo y de paso sacarle una mueca a quienes ya se estaban impacientando con el retraso de la banda, que desentonó con la puntualidad del resto de la programación.
Siguiendo con el chiste, el show de The Strokes tuvo todo lo que quieren las guachas, es decir, prácticamente Is This It completo (faltó “Alone, Together” a la lista de canciones). A diferencia de su última visita en GEBA, en el marco de la gira de presentación de Angles, esta vez no tocaron ningún tema de ese disco, concentrándose prácticamente en sus primeros tres álbumes. Fue así que el inicio con “The Modern Age” y “Soma” calmó la ansiedad de muchos, que tenían ganas de cantar y saltar con los clásicos de la banda.
La trifecta de “Someday”, “12:51” –palmas fuera de sincro de la gente mediante– y “Reptilia” estuvo sólida e imbatible en comparación con “Drag Queen”, del EP Future Present Past. Imposible fue no seguir la línea de bajo de Nikolai Fraiture en “Is This It”, una suerte de canción circense desganada y pasada por ácido. Ese desgano y mala onda que define tan bien la forma de cantar de Casablancas, que no se esfuerza por pegar las notas correctas porque siente que con su carisma y actitud ya es suficiente. Y algo de razón tiene. Frases aleatorias y chistes internos por parte del
cantante entre tema y tema fueron también otro ingrediente del set, como por ejemplo cuando hizo un comentario sobre Messi o bromeó con Fraiture: “Me gustan tus movimientos. Tenés el típico look americano”.
Un rasgueo de guitarra repetitivo pero efectivo, por parte de Nick Valensi en “Automatic Stop”, se amalgamó perfectamente con la monotonía intencionada de “Trying Your Luck”. La cosa cobró mayor intensidad cuando apareció el rock and roll neoyorquino en su máxima expresión gracias a “New York City Cops”, “Barely Legal” –con su beat tan característico del cual es responsable Fabrizio Moretti– y “Last Nite”, ese clásico que los catapultó a la fama en tiempo record y marcó a Albert Hammond Jr. como héroe del riff de guitarra de garage.
Después del primero de los tres bises (sí, tres, no se sabe si fue por confusión de la banda o la organización, o simplemente fue otra humorada que sólo unos pocos captaron) con “Heart in a Cage”, “80s Comedown Machine” y la nostálgica “Hard to Explain”, sólo quedó encarar el final. Luego del obligado agradecimiento al público, “You Only Live Once” y “Take It or Leave It”, con los cinco integrantes de la banda despojados y olvidándose por un momento de la pose, el show llegó a su fin. Como si fuese un milagro de la ciencia, Los Strokes siguen en gran forma, siempre sobreexpuestos a los flashes y etiquetas y a la vez esquivos de las presiones que muchos les han impuesto. No salvaron el rock, pero sí marcaron a toda una generación, y el sábado, en el hipódromo de San isidro, lo hicieron una vez más.
THE STROKES (Lollapalooza Arg 2017) Fotos: Christian Pettinicchio
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